Secciones |
---|
|
| Foros Electrónica |
---|
|
| Alguien dijo ... |
---|
Sólo los tontos han creado los progresos del mundo, porque los listos se han adaptado a lo que había sin necesidad de inventar.
George Bernard Shaw(1856-1950) Escritor y premio Nobel de Literatura inglés | Contacto |
---|
|
| Concurso de urbanismo aspira a cambiar manera de pensar las ciudades en China | | | |
José álvarez Díaz
- Una ciudad imaginaria, Sinocity, similar a miles de nuevas ciudades chinas tanto en su cuadriculado diseño como en su uso, en ocasiones absurdo, del espacio público, fue la protagonista del concurso de urbanismo "Sinoticies 2007", creado por FAR, una asociación de arquitectos en Shanghai.
El certamen aspira a cambiar la manera de planificar la construcción de las nuevas ciudades de China, y su resultado se exhibió hasta hoy en la galería de arte española "Art in Capitals", el único espacio extranjero en el recién recreado Centro Escultórico de Shanghai.
El arrollador crecimiento económico chino está provocando una transformación radical de miles de ciudades en el interior del país, donde, de una vida rural y empobrecida, millones de personas están pasando a vivir en un entorno urbano más rígido y desagradable, relativamente más próspero pero con menos calidad de vida.
Esta es la tesis de los organizadores del concurso, ya que el urbanismo que se hace hoy en China está "muy basado en las regulaciones, es muy formal, y olvida la parte informal de la vida, la necesidad de la gente de reunirse, de encontrarse con los demás", explicó a Efe el arquitecto alemán Viktor Oldiges, director de FAR.
Para llamar la atención sobre los aspectos más absurdos de esta concepción urbanística, FAR convocó un concurso en el que proponían una ciudad hipotética, Sinocity, capital de una provincia hipotética, Sinoprovince, de características y problemas urbanos típicos de las nuevas ciudades chinas.
El desafío era mejorar la relación de los 30.000 habitantes de un barrio con ese entorno, y entre los 40 proyectos de 10 países que se presentaron, ganó el de tres jóvenes estudiantes de arquitectura chinos, de la universidad shanghainesa de Jiaotong, porque por su cercanía con esa realidad supieron dar con una clave del problema.
En su último año de carrera, los amigos Zhang Fan, Su Hang y Lu Xiangning supieron "reconquistar el espacio público", según Oldiges, con un original proyecto, que propone entregar a cada vecino una caja de un metro cúbico, que podrían decorar y rellenar con objetos de su vida y colocar en lugares de la ciudad concebidos para ello.
"La vida en las nuevas ciudades obliga al hombre a vivir separado de la tierra, ya no estamos en relación directa con ella, como nuestras generaciones anteriores", explicó a Efe Su.
"Son ciudades -dijo- llenas de grandes espacios vacíos, sin utilidad para la gente ni una verdadera interacción con ella".
"Nuestro proyecto trata de mejorar la relación entre los ciudadanos y su entorno, devolver a la gente su sentimiento de pertenencia a la tierra", añadió Lu, que describió apasionada esa sensación como algo profundamente chino que está desapareciendo.
Los jóvenes reconocieron que hoy poner en práctica su idea sería difícil, en un contexto, no llegaron a decir, en que las autoridades chinas tratan de promover el sentimiento de una "sociedad armoniosa" que casa mal con el individualismo, aunque "lo más importante es que se dé el cambio de actitud" en los nuevos urbanistas, dijo Su.
"El objetivo del concurso, más que llegar a poner en práctica los proyectos ganadores, es llamar la atención sobre el problema y difundir otros puntos de vista", explicó Oldiges, para quien esta rápida transformación urbana no se está dando sólo en las grandes ciudades, como Shanghai o Pekín, sino en el interior de China.
Allí "no hay arquitectos estrella que diseñen obras maestras olímpicas ni Expos Universales, ni súper-ingenieros que diseñen los rascacielos más altos del mundo ni ciudades ecológicas", sino nuevos entornos donde todo está excesivamente calculado.
Para Oldiges, la espontaneidad de las antiguas callejas está dando lugar a encuentros sociales más rígidos: los mercados callejeros se convierten en centros comerciales y los parques en enormes plazas vacías.
La situación es tal que las nuevas familias urbanas "sueñan con tener un piso alto y orientado al sur, miden la calidad de vida por la cantidad de luz que tienen, pero han acabado no dar importancia al entorno", concluyó Oldiges. EFE
|
Viernes, 10 Agosto, 2007 - 05:21 |
|  |
| |