 | | (Lámina de nanopartículas de oro, separadas por espaciadores orgánicos.) (Foto: Klara Mueggenburg y Heinrich Jaeger) | |
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Como moléculas artificiales, estas nanopartículas pueden servir también como bloques de construcción para ensamblar nanoestructuras específicamente diseñadas. Pero los beneficios son tanto científicos como tecnológicos. Los especialistas ya habían descubierto que las propiedades electrónicas de los materiales semiconductores pueden cambiar drásticamente cuando sus componentes metálicos más diminutos se confinan apretadamente entre moléculas orgánicas, un fenómeno denominado nanoconfinamiento. Pero ahora los investigadores encuentran que sus propiedades mecánicas también pueden cambiar drásticamente. El material experimental consistió en partículas de oro separadas por "parachoques" orgánicos para impedir que entraran en contacto directo. El equipo de la investigación suspendió este arreglo de nanopartículas en una solución, y luego extendieron la solución sobre un pequeño chip de silicio. Cuando se secó, dejó un manto de nanopartículas cubriendo los pequeños agujeros del chip. Cada agujero mide cientos de nanopartículas de diámetro. Entonces, los investigadores probaron la resistencia de la capa de nanopartículas libremente suspendidas, pinchándola con la punta de un microscopio de fuerza atómica. El equipo de investigación también encontró que el material se mantenía unido cuando se calentaba hasta alcanzar temperaturas de 210 grados y más allá. |