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''En filosofía son más esenciales las preguntas que las respuestas''.

Karl Jaspers(1883-1969)
Psiquiatra y filósofo alemán
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Un investigador andaluz coordina un proyecto europeo que desarrolla una silla de ruedas inteligente
 
 


Un investigador andaluz coordina un proyecto europeo que desarrolla una silla de ruedas inteligente. José del Rocío Millán (La Palma del Condado, Huelva, 1962) es el responsable de MAIA, un proyecto financiado con cargo al VI Programa Marco, que persigue el desarrollo de un dispositivo móvil que pueda ser dirigido con el pensamiento. Por el momento, ha logrado mover un robot por una maqueta con la imaginación; y la publicación 'Scientific American' lo ha reconocido con un premio.

El científico onubense, que trabaja en el instituto Dalle Molle de Inteligencia Artificial (IDIAP) en Martigny (Suiza), utilizatecnologías que captan el sistema neuronal del individuo, para así interpretar las señales cerebrales de forma instantánea y, a continuación, desarrollar un mecanismo que pueda responder a esas instrucciones y dirigir la silla de ruedas con gran precisión.

La investigación sobre esta silla de ruedas es una de las diferentes aplicaciones no invasivas que podrían controlarse con el software de interfaz cerebral ideado por los investigadores. Entre otras aplicaciones se puede encontrar, por un lado, un robot que ayuda a alcanzar y manipular objetos y, por otro, cómo afrontar situaciones de emergencia, por ejemplo, si se averían la silla de ruedas o el brazo del robot.

Los pensamientos humanos crean impulsos en determinadas zonas del cerebro y simplemente pensando, por ejemplo, que nos movemos a la izquierda, éste genera un impulso. La interfaz cerebral recoge todos esos impulsos mediante electrodos y electroencefalogramas portátiles que se colocan en el cuero cabelludo del usuario, y después éstos se digitalizan y se analizan. Este software es capaz de diferenciar diferentes estados mentales por los que atraviesa el usuario. Hay también sensores conectados a la silla de ruedas del usuario para que, mientras se mueve, pueda detectar una puerta a su derecha o un obstáculo en el camino.

"Este dispositivo combina la inteligencia humana con la inteligencia de esta silla de ruedas", explica José del Rocío Millán. "Cuando un usuario ejecuta una tarea mental, por ejemplo al imaginar el movimiento de su brazo derecho, cada una de estas acciones se encuentra asociada con un control avanzado de la silla de ruedas, por ejemplo, para girar a la izquierda o continuar hacia adelante."

El consorcio de este proyecto ha realizado con éxito varios experimentos, entre los cuales encontramos dos series de pruebas con usuarios capaces mentalmente de conducir la silla de ruedas por un pasillo laberíntico. "Pero necesitamos ser cautos y no crearnos expectativas demasiado pronto", advirtió Millán a Cordis. "Aunque la silla funcione bien en el laboratorio, puede que no ofrezca la seguridad necesaria para hacerlo fuera."

El objetivo de este proyecto, que continuará funcionando hasta finales de año, será experimentar con la silla de ruedas para probarla con la esperanza de que consiga la validación clínica. Aunque todavía es pronto para que la industria llame a su puerta, Millán confía en que la labor del proyecto destierre la idea de que las sillas de ruedas controladas con la mente son cosa de ciencia ficción.

Navegación por palabras

En Málaga, un grupo de investigación de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática ha ideado un sistema de navegación que dota de inteligencia a la silla, de forma que es capaz de transportar al usuario hasta el punto donde éste le indique de manera automática con el simple uso de la palabra.
Una simple orden de voz es suficiente para que la silla-robot se ponga en dirección al destino convenido. Sólo es necesario que el usuario y su transporte hablen en los mismos términos. "Lo primero es que la silla aprenda cómo el discapacitado entiende y representa el mundo", asegura Javier González, director del proyecto. Una vez que el robot reconoce los nombres y términos con que el usuario se refiere a los lugares, está listo para funcionar. González asevera que no necesita memorizar planos: "Se mueve de forma inteligente gracias a su sistema de sensores". Así, la silla es capaz de construir sus propios planos y buscar rutas por sí misma transformando las órdenes verbales en coordenadas geométricas.

El modelo está pensado para interiores como oficinas, viviendas e incluso centros comerciales y hospitales. Otro de los fuertes del robot es la detección de posibles barreras en el camino, por ejemplo, otros viandantes, y la virtud de esquivarlos. Asimismo está capacitado para averiguar alternativas cuando encuentra puertas cerradas o caminos bloqueados. Incluso, cuando no encuentra opciones, pide ayuda humana, por ejemplo para llamar al ascensor, y una vez recibida prosigue con su cometido.

El sistema de navegación ha sido implantado en un modelo comercial de silla motorizada controlada por joystick que se mantiene operativo por si el usuario lo necesita. Además de los sensores los investigadores han instalado una serie de extras que radican en una webcam, que localiza obstáculos o irregularidades del suelo, y en un ordenador de abordo portátil para simplificar su configuración. Cuenta también con conexión inalámbrica a internet. "Permite desde llamar por teléfono hasta descargar datos como planos de edificios donde el robot no está entrenado", admite González. Y todo eso con las propias baterías de la silla y el ordenador portátil.


Martes, 11 Septiembre, 2007 - 09:01
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