Casi inmediatamente después de su donación, la sangre humana comienza a perder un gas fundamental que abre los vasos sanguíneos para facilitar el traslado del oxígeno desde los glóbulos rojos de la sangre a los tejidos carentes de él. Por tanto, al parecer, millones de pacientes son receptores de transfusiones de sangre que tiene dañada su capacidad de suministrar oxígeno, según la investigación desarrollada por expertos del Centro Médico de la Universidad Duke.
(NC&T) Los autores del estudio también
han hallado que la adición de este gas a la
sangre almacenada, antes de la transfusión,
parece restaurar la capacidad de los glóbulos
rojos de transferir oxígeno a los tejidos.
Esta investigación tiene como objetivo final
dar respuesta al gran problema que muchos médicos
comienzan a encontrar en las transfusiones con sangre
humana almacenada, el de que pueden ocasionar más
daño que bien en muchos pacientes, según
los investigadores. Durante los últimos cinco años, diversos
estudios, incluyendo algunos realizados en la Universidad
Duke, han mostrado que los pacientes receptores de
transfusiones de sangre tienen una incidencia superior
de ataques al corazón, insuficiencia cardiaca,
derrames cerebrales e incluso la muerte. Si bien se
sabe que la sangre almacenada no es igual que la sangre
presente en el cuerpo, las razones de la asociación
de las transfusiones de sangre con esas consecuencias
que agravan el estado de pacientes, no han sido bien
comprendidas. La clave de los resultados del nuevo estudio es que
la presencia del óxido nítrico en los
glóbulos rojos de la sangre resulta crucial
para el suministro de oxígeno a los tejidos.
El óxido nítrico mantiene abiertos los
vasos sanguíneos. Los nuevos estudios han demostrado
que el óxido nítrico en los glóbulos
rojos de la sangre empieza a degradarse casi inmediatamente
después de que estas células abandonan
el cuerpo.  | | (Jonathan Stamler.) (Foto: DUMC)
| |
---|
"No importa cuánto oxígeno
está siendo llevado por los glóbulos
rojos de la sangre; sin el óxido nítrico
no puede llegar a los tejidos que lo necesitan",
explica Jonathan Stamler de la Universidad Duke,
uno de los autores de esta investigación,
cuyo grupo descubrió originalmente el
papel que en el suministro de oxígeno
tiene el óxido nítrico existente
en los glóbulos rojos de la sangre. Se estima que sólo en EE.UU., cerca
de 14 millones de unidades o "bolsas"
con glóbulos rojos de la sangre son administradas
a unos 4,8 millones de personas cada año.
Por tanto, la sangre almacenada es realmente
un tesoro que necesita ser protegido. "La
sangre, que puede salvar vidas, no sólo
no ayuda de la forma que esperábamos,
sino que en muchos casos puede estar haciendo
que las cosas empeoren", afirma Stamler.
"En principio, ahora tenemos una solución
para el problema del óxido nítrico,
podemos reincorporarlo a la sangre, pero esto
necesita ser demostrado por medio de un ensayo
clínico".
|
|