Un conjunto de radiotelescopios con un nuevo concepto de diseño y dedicado equitativamente a la astronomía galáctica y a la búsqueda de inteligencia extraterrestre, ha sido inaugurado por la Universidad de California en Berkeley y el Instituto SETI.
(NC&T) Ubicado en un valle árido cercano
a la localidad de Hat Creek, California, justo al
norte del Parque Nacional Volcánico de Lassen,
las primeras 42 de un total planeado de 350 antenas
parabólicas para ondas de radio, del Allen
Telescope Array (ATA) comenzaron recientemente a recopilar
datos científicos del universo, abriendo una
nueva era en la investigación radioastronómica.
El ATA es además el mayor radiotelescopio dedicado
sistemáticamente a la búsqueda de inteligencia
extraterrestre (SETI, por las siglas en inglés
de Search for Extra-Terrestrial Intelligence). El conjunto de radiotelescopios expandirá
las capacidades de búsqueda de civilizaciones
inteligentes más allá de la Tierra y
proporcionará un mejor conocimiento sobre supernovas,
agujeros negros masivos en los núcleos de galaxias
distantes, y nuevos y exóticos objetos astronómicos
que han sido predichos pero que aún no se han
observado. Basado en la idea de que es más económico
construir un gran número de pequeñas
radioantenas que un número pequeño de
grandes radioantenas, el ATA abre nuevos horizontes
como la primera cámara "fotográfica"
pancromática de gran angular para ondas de
radio que ha sido construida, y es la herramienta
más efectiva para obtener radioimágenes
de una gran área del cielo. Una herramienta
como ésta nunca antes había estado a
disposición de los investigadores. Paul G. Allen (conocido por ser cofundador de Microsoft)
es el principal patrocinador del ATA. Cada objeto en el espacio emite ondas de radio que
pueden ser captadas y estudiadas. Del análisis
de estas señales, los radioastrónomos
pueden crear "imágenes" de fenómenos
y objetos astronómicos a grandes distancias,
revelando detalles no discernibles por telescopios
que operan en otras longitudes de onda. A diferencia
de los radiotelescopios existentes, el ATA puede observar
gran parte del cielo de una sola vez, posibilitando
estudios del firmamento mucho más rápidos
que los que hasta ahora eran posibles. Las primeras imágenes de comprobación
del radiotelescopio incluyen un radiomapa de la cercana
Galaxia de Andrómeda (M31) y de la Galaxia
del Molinete (M33). Más allá de su velocidad y su potencia
para recopilar y analizar datos, el ATA es también
el primer radiotelescopio de longitud de onda centimétrica
con capacidad multitarea. Mientras realiza observaciones
de interés para la radioastronomía,
puede simultáneamente buscar en estrellas de
tipo solar posibles señales de origen artificial
que pudieran revelar la presencia de inteligencia
extraterrestre. "En la investigación SETI, las capacidades
técnicas del ATA incrementan exponencialmente
nuestra habilidad para buscar señales inteligentes,
y pueden conducir al descubrimiento de seres racionales
en algún otro lugar del universo", destaca
el astrónomo Seth Shostak del Instituto SETI
en Mountain View, California. Esta nueva capacidad multiplica el tiempo que los
astrónomos pueden dedicar para observaciones
a gran escala de estrellas, y además expande
la banda de radiofrecuencias sobre las que se puede
buscar. Para el trabajo SETI, en particular, esto
significa que durante el siguiente cuarto de siglo,
el ATA obtendrá mil veces más datos
que los que han sido acumulados en los pasados 45
años.
 | | (Las 42 antenas del
ATA pueden dirigirse hacia cualquier punto
del cielo de California.) (Foto: Seth Shostak/SETI
Institute)
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Comparando la búsqueda de civilizaciones
alienígenas en la Vía Láctea
como la proverbial búsqueda de la aguja
en un pajar, Shostak declara: "No sabemos
cuántas agujas hay en el pajar galáctico
de 400.000 millones de estrellas, pero creo
que encontraremos señales de alguna para
el año 2025". En los próximos cinco años, entraremos
en una nueva era de la astronomía, en
la que ya será posible descubrir planetas
de tamaños comparables al de la Tierra,
y por tanto con más probabilidades de
compartir otras similitudes que los gigantes
gaseosos que hasta ahora han monopolizado los
hallazgos de otros mundos fuera del sistema
solar. El ATA ofrece la oportunidad de escudriñar
durante horas o semanas esos nuevos y prometedores
planetas en busca de señales inteligentes. El ATA utiliza antenas parabólicas fabricadas
en serie, de 6 metros de diámetro, y
tecnologías de telecomunicación
disponibles comercialmente, en combinación
con un receptor de diseño innovador y
una tecnología de vanguardia para el
procesamiento digital de señales. Trabajando
juntas, estas pequeñas antenas conforman
un radiotelescopio con un vasto campo de visión,
una característica idónea para
escanear rápidamente el firmamento. La distribución de las 42 antenas fue
determinada a partir de un modelo informático,
y está optimizada para suministrar radioimágenes
de alta calidad del cielo. El ATA es además
capaz de filtrar el ruido generado por interferencias
de origen humano que en muchos radiotelescopios
menos avanzados inutilizan una parte considerable
de los datos recogidos. El conjunto de antenas
puede ser modernizado con facilidad, a medida
que vayan estando disponibles nuevos avances
en computación o en telecomunicaciones. |
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