Investigadores de la Universidad Johns Hopkins y colegas suyos han descubierto un papel previamente no reconocido, desempeñado por diminutas estructuras celulares piliformes conocidas como cilios: Influyen positivamente en nuestro sentido del tacto.
(NC&T) Los humanos y los ratones con ciertas
alteraciones genéticas, a consecuencia de las
cuales carecen de cilios funcionales, responden más
despacio a estímulos físicos como la
exposición a agua caliente. Los resultados
del estudio ayudarán a los médicos a
comprender mejor las enfermedades que ya han sido
relacionadas con cilios defectuosos, como el síndrome
de Bardet-Biedl y la enfermedad poliquística
renal. Los cilios, proyecciones semejantes a rabos que se
encuentran en la superficie de algunas células,
son quizás mejor conocidos como patas moleculares
que ayudan a las células a moverse. En fechas
recientes, investigadores como Nico Katsanis, profesor
de la universidad antedicha, constataron que los cilios
son importantes para muchos otros procesos biológicos,
incluyendo nuestros sentidos de la vista, el oído,
y el olfato. Eso dejó dos posibilidades inexploradas:
el gusto y el tacto. Katsanis y sus colaboradores
decidieron probar con el tacto. En el presente estudio, el equipo de investigación
aplicó un par de tests tanto a ratones normales
como a ratones genéticamente modificados, con
cilios defectuosos. Para probar la sensibilidad al
calor, sumergieron los rabos de los ratones en agua
caliente y midieron cuánto tiempo transcurría
antes de que los ratones los sacudieran. Para medir
la fuerza mecánica, los investigadores aplicaban
una presión creciente (aunque no dolorosa)
a las patas traseras de los ratones hasta que las
retiraban.  | | (La línea roja brillante
es un cilio de una célula nerviosa
sensorial.) (Foto: Johns Hopkins U.)
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En ambos tests, el tiempo de respuesta de los
ratones con síndrome de Bardet-Biedl
a estos estímulos externos era mayor.
Estos ratones mutantes pueden sentir todavía
el calor y la presión, sólo que
tienen un umbral más alto para registrar
la sensación. Dado que estos ratones
tenían una coordinación motora
normal, la mayor lentitud de sus respuestas
no se debía a problemas motores. Norimasa Mitsuma, del laboratorio de Katsanis,
mojó repetidamente una pata posterior
en agua caliente durante una hora y luego midió
cuidadosamente la actividad nerviosa en la base
de la médula espinal (la conexión
entre la pata y el cerebro). Mientras que los
ratones normales desplegaban una actividad clara
del nervio espinal, los que adolecían
del síndrome no. Esto evidenció
que el problema consiste en que la información
sensorial no logra alcanzar el cerebro. Los investigadores aplicaron siete tests de
percepción simple a nueve pacientes humanos
del síndrome de Bardet-Biedl, como detectar
la vibración de un diapasón en
sus muñecas o estimar el peso y la forma
de objetos a partir únicamente de su
palpación. Los nueve pacientes fueron
menos hábiles que las personas normales
para dar respuestas correctas. Esto ciertamente ayudará en los esfuerzos
tanto para diagnosticar ciliopatías como
parar conocer bien la situación que viven
los pacientes. Las personas con ciliopatías
son consideradas a menudo como afectadas por
retraso mental o autismo porque parecen "lentas".
Ahora da la impresión de que muchos aspectos
de su capacidad mental podrían estar
en perfectas condiciones, y que estas personas
son lentas sólo porque no pueden captar
sensorialmente ciertas cosas tan bien como otros
individuos.
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