Los incendios a gran escala en ciertos estados de EE.UU. pueden bombear tanto dióxido de carbono a la atmósfera en pocas semanas como el tráfico de vehículos de todo el estado en un año, según una investigación recientemente publicada por científicos del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR) y la Universidad de Colorado en Boulder.
(NC&T) Los autores, Christine Wiedinmyer del
NCAR y Jason Neff de la Universidad de Colorado, emplearon
observaciones hechas por satélite de los incendios,
así como un nuevo modelo informático,
desarrollado por Wiedinmyer, que estima las emisiones
de dióxido de carbono basándose en la
masa de la vegetación quemada. Ellos advierten
que sus estimaciones tienen un margen de error de
aproximadamente el 50 por ciento, debido a los datos
inexactos sobre la magnitud de los incendios y a las
diferentes estimaciones de la cantidad emitida de
dióxido de carbono por distintos tipos de llamas. Los resultados del estudio apuntan a que los incendios
aportan un porcentaje elevado de los potentes gases
de efecto invernadero liberados a la atmósfera
en varios estados occidentales y del sudeste, sobre
todo en Alaska, Idaho, Oregón, Montana, Washington,
Arkansas, Mississippi, y Arizona. Los incendios especialmente
grandes pueden liberar con rapidez enormes cantidades
de dióxido de carbono a la atmósfera. Una implicación llamativa de los incendios
forestales más grandes es que una temporada
de incendios severos que dure uno o dos meses puede
liberar tanto carbono como las emisiones anuales procedentes
de vehículos o del sector energético
de un estado individual, según los autores.  | | (Uno de los incendios de California.)
(Foto: Andrea Booher/FEMA)
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Wiedinmyer aplicó el nuevo modelo informático
para analizar las emisiones de los recientes
incendios en el sur de California. Sus estimaciones
preliminares indican que los fuegos emitieron
7,9 millones de toneladas de dióxido
de carbono en sólo una semana, del 19
al 26 de octubre, equivalente al 25 por ciento
de las emisiones mensuales promedio resultantes
de la quema de combustibles fósiles a
lo largo y ancho de California. Incendios enormes como éste bombean
con rapidez una gran cantidad de dióxido
de carbono hacia la atmósfera. Esto puede
complicar los esfuerzos para entender el ciclo
del carbono y finalmente combatir el calentamiento
global. El impacto de los incendios en el cambio climático
es complejo y difícil de predecir. Después
de que un incendio devasta una zona, la nueva
vegetación que crece en ella puede, en
un periodo que va desde varias décadas
a incluso un siglo, absorber tanto dióxido
de carbono como el que fue liberado por las
llamas. El problema, sin embargo, es que el
intervalo entre incendio e incendio suele ser
mucho menor que ese periodo. Además,
los incendios serán cada vez más
frecuentes y más extensos a medida que
las temperaturas se eleven en el globo terrestre,
y, como consecuencia, más dióxido
de carbono se puede liberar a la atmósfera.
Los incendios podrían entorpecer la estrategia
de valerse de los bosques como ayuda para absorber
dióxido de carbono. |
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