Un satélite de la NASA, diseñado, construido y controlado por la Universidad de Colorado en Boulder, debe ayudar a los científicos a resolver las predicciones de largo plazo sobre el próximo pico de actividad solar en el 2012 y su influencia sobre el clima en calentamiento de la Tierra.
(NC&T) El Sol registra un aumento de brillo a medida que se acerca al próximo máximo del ciclo solar y esto tendrá impactos climáticos regionales sobre la Tierra. Mientras algunos científicos predicen que el próximo ciclo solar que debe empezar en el 2008 será significativamente más débil que el que ya acaba, otros están pronosticando un incremento de hasta un 40 por ciento en la actividad solar. Tom Woods del Laboratorio para la Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado en Boulder es el investigador principal en el Experimento de Radiación Solar y el Clima (SORCE, por sus siglas en inglés), de la NASA. La misión del satélite, cuyo lanzamiento se realizó en el 2003, es estudiar cómo y por qué razones exactas las variaciones en el Sol afectan a la atmósfera terrestre y al clima. En agosto del 2007, la NASA extendió la misión SORCE hasta el 2012. El citado laboratorio de la universidad controla el SORCE desde el campus, enviando órdenes y recibiendo los datos tres veces al día desde el Edificio de Tecnología Espacial en el Parque de Investigaciones de la universidad. Los ciclos solares, que se extienden por períodos de 11 años como promedio, están relacionados con la cantidad y tamaño de las manchas solares presentes en la superficie del Sol, las cuales contribuyen a modular el brillo entre la banda de los rayos X y la de los infrarrojos del espectro electromagnético. El ciclo solar que ahora termina alcanzó su máximo en el 2002.  | | (El satélite SORCE.) (Foto: CSU) | |
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La actividad solar altera las interacciones entre la superficie de la Tierra y su atmósfera, las cuales controlan los patrones globales de circulación. Aunque el calentamiento en la Tierra debido al incremento del brillo solar es modesto comparado con los efectos naturales de las erupciones volcánicas, los patrones climáticos cíclicos como los del fenómeno de El Niño, o las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, sí puede influir en que los cambios regionales de temperatura varíen de maneras significativas. Incluso cambios relativamente pequeños en la energía irradiada por el Sol pueden afectar de modo considerable a la Tierra debido al efecto de amplificación que ejerce la atmósfera como respuesta a los cambios solares. Con una preocupación cada vez mayor por la alteración de la atmósfera y de la superficie terrestre por los humanos, resulta aún más importante comprender los "forzamientos" naturales en el sistema Sol-Tierra, que influyen tanto en el clima terrestre como en la "meteorología" espacial. Tales forzamientos naturales incluyen el calor de la radiación solar que causa la evaporación del agua salada y del agua dulce y que es el motor impulsor del ciclo del agua en nuestro mundo. El aumento en la radiación ultravioleta del Sol también calienta la estratosfera, lo cual puede causar cambios importantes en los patrones de circulación atmosférica en el planeta, afectando al tiempo meteorológico y al clima. |
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