Una serie de simulaciones mediante superordenadores, muestra, con un asombroso nivel de detalle, los procesos por los que se fusionan las galaxias y sus agujeros negros centrales.
(NC&T) Muchas galaxias, incluyendo la Vía Láctea que contiene nuestro sistema solar, albergan agujeros negros supermasivos en su centro. Estos agujeros negros tienen una fuerza gravitatoria tan poderosa que nada, ni siquiera la luz, puede escapar a su atracción. La combinación de mejoras en la programación y en el hardware hace posible simular en unos cuantos meses lo que hubiera requerido varios años de tiempo de computación hace tan sólo cuatro o cinco años. Hoy, la Vía Láctea se desplaza tranquilamente por el espacio, sin nada que interfiera de manera seria con su movimiento, pero algún día se estrellará contra su vecina más cercana, la galaxia de Andrómeda. La Vía Láctea ha servido de modelo práctico para las galaxias recreadas en las citadas simulaciones de fusión de agujeros negros supermasivos. Stelios Kazantzidis (del Instituto Kavli para Física Cosmológica, en la Universidad de Chicago), y sus colaboradores en instituciones de ciencia de varios países, ejecutaron las simulaciones de colisión de 25 pares de galaxias para identificar los factores clave en las fusiones de agujeros negros supermasivos.  | | (Simulación de la colisión de dos galaxias.) (Foto: Stelios Kazantzidis) | |
Para que estas fusiones puedan ocurrir, las galaxias anfitrionas deben fusionarse primero. Dos galaxias pobres en gas pueden o no combinarse en una sola, dependiendo ello de su estructura. Pero siempre que galaxias ricas en gas chocan en las simulaciones, lo más frecuente es que se produzca la fusión de sus agujeros negros supermasivos. Cada simulación fue dirigida por Kazantzidis, consumiendo aproximadamente un mes de tiempo de supercomputación, ya fuese en la Universidad de Zurich, el Instituto Canadiense para Astrofísica Teórica o el Centro de Supercomputación de Pittsburgh. Las simulaciones son el primer recurso para seguir la pista de diversos fenómenos físicos simultáneamente, sobre vastas escalas de tiempo y de espacio. Cuando las galaxias chocan, los miles de millones de estrellas contenidas en ellas suelen atravesar el espacio común manteniéndose alejadas unas de otras. Pero sus campos gravitatorios sí interactúan, aplicando los frenos cósmicos a las trayectorias de ambas galaxias. Éstas se separan, pero vuelven a cruzarse, una y otra vez, durante unos mil millones de años. En cada paso del proceso, las galaxias pierden velocidad y energía. Cada vez sus encuentros las alejan a menos distancia, hasta que al fin se combinan en una única galaxia. Las simulaciones han producido los efectos que los astrónomos han advertido en observaciones telescópicas de galaxias en proceso de colisión. |
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