Sin embargo, futuras mejoras al diseño básico son difíciles de hacer, según Ann Dowling, profesora de ingeniería mecánica de la universidad de Cambridge y líder del equipo británico de la SAI. "El caso de un cambio radical se está poniendo más fuerte", dice. "Sólo mediante ese cambio uno puede lograr cambios determinantes en las combustión de gasolina". Pero para los fabricantes de aviones como Boeing o Airbus, cualquier cambio de diseño debe producir un rápido retorno de su inversión. Boeing está trabajando en el desarrollo de células de combustible para proveer energía a los sistemas eléctricos y de aire acondicionado. Actualmente, éstos dependen de las turbinas de los aviones y reducen su eficiencia. Bill Glover, director de desempeño medioambiental de aviones comerciales de Boeing, dice que usar células de combustible generaría ahorros significativos. "Con células de combustible podemos tomar el combustible tradicional, convertirlo en hidrógeno y producir electricidad eficientemente", dice. "La otra emisión es sólo agua". Pero incluso esto está a unos 10 o 15 años en el futuro. ¿Cambio radical? Hay una buena razón para la cautela de los fabricantes de aeronaves. Construir aviones completamente nuevos es muy costoso y riesgoso. Después de que Boeing presentara su jet jumbo Boeing 747 en 1968, entró en serias dificultades financieras cuando la demanda por su nuevo avión se estancó. Para sobrevivir, la compañía recortó su fuerza laboral de 100.000 a 38.000 empleados. Actualmente, Airbus también tiene problemas financieros con su avión gigante de dos pisos, el A380. Para los fabricantes es mucho más seguro desarrollar nuevas estructuras aéreas a partir de lo que había antes, más que cambiar completamente con una nueva línea de producción. Sin embargo, con la creciente preocupación por el cambio climático, podríamos ver un cambio radical en el diseño de los aviones. Éste sería más probable si las aerolíneas tuvieran que pagar impuestos "verdes" por las emisiones de gases de invernadero de sus aviones. Pero los cielos no van a llenarse de formas de aviones radicalmente diferentes en el futuro cercano. Cuando una aerolínea compra un nuevo avión, lo mantiene volando durante décadas para que sea rentable tenerlo. Eso quiere decir que incluso si este diseño recibe la aprobación de los fabricantes, no empezaremos a hacer fila para abordar aviones como el SAX-40, por lo menos antes de 2030. |