(NC&T) Pero este movimiento tan rápido del polo magnético no significa necesariamente que nuestro planeta esté pasando por un cambio a gran escala que daría por resultado la inversión del campo magnético de la Tierra, ha declarado Joseph Stoner, paleomagnetólogo de la Universidad Estatal de Oregón. Formaría parte de una oscilación normal y acabaría regresando de nuevo hacia Canadá.

            Los cálculos de la ubicación del Polo Norte Magnético a partir de registros históricos tienen sólo unos 400 años, mientras que las observaciones polares se remontan hasta las de John Ross en 1838. Para rastrear su historia más allá de eso, los científicos tienen que excavar en la tierra para buscar pistas.

            Stoner y sus colegas han examinado los registros sedimentarios de varios lagos del Ártico. Estos sedimentos (partículas magnéticas del mineral llamado magnetita) registran el campo magnético de la Tierra para la época en que se depositaron. Usando datación por carbono y otras tecnologías (incluyendo el conteo de capas) los científicos pueden determinar aproximadamente cuándo se depositaron los sedimentos y rastrear los cambios en el campo magnético.

            La Tierra pasó por la última inversión magnética hace unos 780.000 años. Estas inversiones intermitentes, en las que el sur se vuelve norte y viceversa, llevan miles de años y son el resultado de cambios complejos en el centro de la Tierra. Allí, en el núcleo, el hierro líquido genera el campo magnético que cubre el planeta.

(Una expedición de 2001 a la posición del polo norte magnético.) (Foto: Mioara Mandea)     Debido a ese campo, en Oregón una brújula señalará el norte con una desviación de unos 17 grados al este del norte geográfico verdadero. En Florida, más lejos aún y más en línea con los polos, la declinación es de sólo 4-5 grados al oeste.             Las Luces del Norte (auroras boreales), que son activadas por el Sol y fijadas en su posición por el campo magnético, derivarían con el movimiento del Polo Norte Magnético, y podrían ser pronto visibles en partes más al sur de Siberia y Europa, y menos en el norte de Canadá y Alaska.             Los cambios en el Polo Norte Magnético son de interés más allá de la comunidad científica. La entrada de la radiación está relacionada con el campo magnético, y las partículas cargadas que fluyen hacia abajo en la atmósfera pueden afectar a los trayectos de aviones y a las telecomunicaciones.