Uno de los animales más grandes, un monstruo gigantesco llamado Sauroposeidon proteles, que pesaba cerca de 55 toneladas en su edad adulta, pudo haber llegado a tener una temperatura corporal de unos 48 grados Celsius, según un nuevo estudio. Para la mayoría de seres vivos, esta temperatura es casi la máxima que pueden alcanzar antes de que sus proteínas comiencen a descomponerse.
(NC&T)De hecho, el tamaño de los dinosaurios más grandes puede haberse visto limitado finalmente por la temperatura de su cuerpo. Así lo plantea un equipo compuesto por científicos del Instituto de Genética de la Universidad de Florida, el Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológicos en Santa Barbara, y la Universidad de Nuevo México. Los dinosaurios más grandes, debido a su tamaño, eran mucho más activos que los reptiles. Si estos animales experimentaban temperaturas corporales de, por ejemplo, 35 ó 40 grados centígrados, es de suponer que operasen a un ritmo muy similar al de los mamíferos y aves actuales. El Tyrannosaurus rex, uno de los dinosaurios más famosos, alcanzaba, probablemente, en su desplazamiento, una temperatura de unos 33 grados Celsius, según la opinión del investigador principal, James Gillooly, quien es profesor en el departamento de zoología de la Universidad de Florida. Los investigadores determinaron las temperaturas de los dinosaurios, un tema que ha sido largamente debatido por la biología, combinando sus conocimientos sobre la relación entre el tamaño del cuerpo, la temperatura y el ritmo de crecimiento, con datos de fósiles, obtenidos recientemente, acerca del ritmo de crecimiento de ocho especies de dinosaurios. Empleando una fórmula matemática, lograron la primera predicción sobre las temperaturas corporales de los dinosaurios con arreglo a evidencias fósiles directas. Cuando un dinosaurio pequeño se iba haciendo mayor, su temperatura corporal cambiaba considerablemente a lo largo de su vida, como ninguno de los animales que conocemos en nuestros días. La temperatura aumentaba unos 3 grados Celsius para las especies de unos 300 kilogramos en su edad adulta, y casi 20 grados para aquellas que llegaban a unas 27 toneladas. Esta diferencia tan notable en la temperatura corporal entre los dinosaurios más grandes y los más pequeños, probablemente tenía como resultado diferencias importantes en el estilo de vida de estas especies, pues se sabe que una diferencia de 10 grados Celsius trae como consecuencia una tasa de casi el 300 por ciento de cambio en los ritmos de crecimiento, longevidad y densidad poblacional. Los nuevos descubrimientos demuestran que aunque los dinosaurios eran reptiles de sangre fría, los grandes dinosaurios disipaban su calor corporal más lentamente y, por tanto, mantenían temperaturas más altas y constantes en su cuerpo, lo que les equiparaba en bastantes aspectos a las aves y mamíferos actuales. Los investigadores destacan que este incremento de la temperatura corporal según el tamaño, ha sido observado en cocodrilos modernos. |
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