 | | (El doctor Fitzpatrick dirige a una persona por control remoto.) (Foto: UNSW) | |
---|
Mientras se encontraban con los ojos vendados, cinco mujeres y cinco hombres pudieron ser dirigidos en direcciones diferentes sin que perdiesen el equilibrio. El control fue lo bastante exacto como para permitirles ser dirigidos por caminos y entre obstáculos, en los Jardines Botánicos de Sydney, por largos períodos de tiempo. Los investigadores comprobaron que con la cabeza del sujeto en otra posición, el mismo estímulo hacía que la persona se ladeara en una dirección u otra, pero no dirigía su marcha. El estímulo afecta a los canales semicirculares, pequeños receptores en el oído interno que detectan la rotación de la cabeza y que son parte del sistema vestibular que nos ayuda en la orientación y el equilibrio. "Estábamos introduciendo eficazmente una pequeña señal de vértigo, pero a niveles subclínicos", explica el Dr. Fitzpatrick. "Se trata de la sensación que procede de los receptores de rotación. Hemos demostrado que el cerebro puede descomponer con eficacia esta señal y que la usa para controlar la dirección y el equilibrio". Los resultados apoyan la evidencia fósil de un cambio evolutivo en los canales semicirculares humanos del oído durante la época en que se desarrolló la postura erguida. En la investigación también colaboró el Dr. Brian Day, del Instituto de Neurología del University College de Londres. |