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 No es difícil evocar el olor picante de ese puñado de monedas que llevamos en el bolsillo. Olores similares emanan de unas pesas de halterofilia cubiertas de sudor, o del agua que surge de una vieja cañería de metal. Hasta ahora, nadie había podido identificar la causa química exacta de estos olores familiares. La situación ha cambiado con un reciente estudio.
 
 
 (NC&T)Ahora, unos investigadores han demostrado  que estas moléculas de olor no vienen de las monedas o de las cañerías, sino de  productos químicos sin metal que llegan al aire cuando algunas sustancias  orgánicas como el sudor interactúan con objetos metálicos.  Los autores  del estudio son Andrea Dietrich, Dietmar Glindemann, Hans-Joachim Staerk y  Peter Kuschk, todos del Instituto Politécnico de Virginia (Virginia Tech) en  Blacksburg. Apoyaron la investigación la Fundación Nacional para la Ciencia  (NSF), y el Centro Helmholtz de Investigaciones Medioambientales (UZF) en  Alemania.  Esos  investigadores son los primeros en demostrar que cuando los humanos describimos  el olor "metálico" del hierro, no hay ningún átomo de hierro ni de  otro metal en el olor. Lo que los humanos percibimos como olores metálicos  realmente son olores corporales producidos por los metales al reaccionar con la  piel.  Como la  composición de las moléculas de esos subproductos depende de qué substancias  orgánicas estén reaccionando, los investigadores creen que los resultados podrían  ayudar a identificar los problemas de los olores del agua potable o ayudar a  los médicos a buscar indicadores de las enfermedades en el sudor u otros  fluidos del cuerpo. | |  |  |  | (El olor metálico de las llaves no  procede delmetal sino de la reacción entre ellas y la piel.)
 (Foto: Rick  Griffiths, Virginia Tech)
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 El estudio  se centró principalmente en las reacciones de los fluidos biológicos con el  hierro, examinando también el olor que emana del hierro de la sangre.  Ellos  especulan con que el "olor a sangre" puede ser el resultado de la  reacción de la piel con el hierro, ya que al parecer el mismo olor  "metálico" se produce si se frota sangre en la piel.  Uno de los  productos químicos producido en la reacción tiene un olor que a mucha gente se  le antoja entre metálico y de hongos, y un umbral de percepción olfativa muy  bajo, lo que significa que los humanos podemos percibirlo en concentraciones  sumamente pequeñas.  Esto puede  haber proporcionado una ventaja evolutiva que permitió a los humanos primitivos  rastrear presas heridas o localizar a camaradas en apuros, gracias al peculiar  olor "metálico" de la sangre. | 
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