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Paracelso(Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim. 1493-1541).
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Los cambios en las ondas cerebrales del adolescente dependen solo de la edad
 
 


Los cambios en las ondas cerebrales que se producen durante la adolescencia están vinculadas a la edad, pero no a la maduración sexual, y pueden estar relacionados, según los resultados de un nuevo estudio, con uno de los "proyectos" fundamentales que a esa edad el cerebro aborda para su reorganización: la poda sináptica.

(NC&T) La investigación fue llevada a cabo por Irwin Feinberg, Lisa M. Higgins, Wong Yu Khaw e Ian G. Campbell, todos de la Universidad de California, en Davis.

En la infancia, el cerebro tiene muchas sinapsis (pequeñas uniones entre las neuronas, que transmiten las señales). Cuantas más uniones existan, más intensa es la actividad del cerebro. Durante la adolescencia, el cerebro se reorganiza y elimina muchas conexiones sinápticas, un proceso conocido como poda sináptica.

Esta poda hace que el procesamiento de la información por el cerebro sea más eficaz y potente al mismo tiempo que consuma menos energía. Estudios anteriores han encontrado que durante la adolescencia existe un declive pronunciado en la actividad de las ondas lentas durante el sueño, las ondas delta. Los autores supusieron que el declive se produce por la poda sináptica programada con la edad.

Los cambios del cerebro empiezan a la edad de 11 años. Este estudio efectuó un seguimiento de dos grupos de niños en el transcurso de dos años: 31 niños tenían nueve años de edad al principio del estudio. 38 tenían 12 años.

Los investigadores emplearon un electroencefalógrafo apto para ser usado en el domicilio de cada niño, con el fin de grabar su actividad cerebral durante el sueño. Las mediciones se tomaron a intervalos de seis meses y se analizaron por ordenador. En cada intervalo, los investigadores también registraron la madurez sexual y el crecimiento físico (la altura, el peso y el índice de masa corporal).

Encontraron que la intensidad de la onda delta para el grupo de 9 a 11 años estaba inalterada y era el mismo para niños y niñas.

Hallaron que la intensidad de la onda delta para el grupo de 12 a 14 años estaba disminuida en el 25 por ciento. Ello estaba vinculado a la edad, pero no con el crecimiento físico y la maduración sexual. Constataron además que la intensidad de la onda dependía del género, con más baja intensidad en las niñas que en los niños, porque ellas empiezan la reorganización del cerebro más temprano. También comprobaron que la intensidad de la onda no estaba correlacionada con acostarse más tarde ni con la reducción del tiempo total del sueño que ocurre durante la adolescencia.

Los estudios anteriores habían demostrado un declive en la actividad de las ondas delta del 50 por ciento entre las edades de 10 y 20 años, pero no estaba claro cuándo exactamente empezaba el cambio y si existían diferencias de género. Este estudio demuestra que los cambios en la actividad de las ondas delta durante el sueño comienzan aproximadamente a los 11 años de edad y alcanzan una reducción del 25 por ciento al llegar a los 14 años.

La diferencia de género observada en la intensidad de las ondas delta entre los 12 y los 14 años de edad, sugiere que las chicas, por término medio, empiezan la maduración del cerebro correspondiente a la adolescencia por lo menos un año antes que los muchachos. Sin embargo, una vez que ellos comienzan el proceso de maduración, éste opera al mismo ritmo que en ellas. En las investigaciones anteriores tampoco se había resuelto si estos cambios están relacionados con la maduración sexual. Este estudio hace pensar que el cambio en la actividad de las ondas delta se activa con la edad y no con dicha maduración.


Viernes, 05 Enero, 2007 - 11:03
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