Los investigadores de un proyecto comunitario de tres años de duración han descubierto la utilidad de los rayos X en la detección de la osteoporosis, enfermedad que disminuye la densidad de los huesos.
El programa informático desarrollado por el grupo del proyecto permite la identificación de las personas con riesgo de desarrollar la enfermedad mediante la medición del espesor de una porción de la mandíbula inferior del paciente.
Según se indica en el proyecto, la osteoporosis afecta, en Occidente, a cerca del 15% de las mujeres de 50 años, el 22% de las sexagenarias y el 38,5% de las septuagenarias. Entre las mujeres mayores de 80 años, el riesgo es del 70%. La enfermedad provoca un gran riesgo de fracturas óseas, casi tanto en hombres como en mujeres. Los Estados miembros de la UE, tomando conciencia del peligro de esta «epidemia silenciosa», se han planteado la mejora de la identificación de personas de riesgo. Sin embargo, el elevado coste del método y la insuficiencia de material especializado y personal experto hacen inviable la detección universal de la enfermedad. El Profesor Keith Horner y el Doctor Hugh Devlin, de la Universidad de Manchester, en colaboración con las Universidades de Atenas, Lovaina, Ámsterdam y Malmö, fueron los coordinadores de un proyecto diseñado para desarrollar la automatización de la detección de la enfermedad. Los resultados aparecen publicados en la edición de enero de la revista Bone.
Los investigadores emplearon técnicas de «modelización formal activa» desarrolladas en la Universidad de Manchester para detectar espesores de corteza de mandíbula inferiores a tres milímetros, siendo éste un indicador de osteoporosis. «Al inicio del estudio se realizaron en 652 mujeres exploraciones DXA, el mejor método disponible para diagnosticar la osteoporosis», explica el Profesor Horner. «Se obtuvo un resultado de 140 mujeres afectadas. Inmediatamente, nuestro sistema automatizado de rayos X llamó la atención sobre más de la mitad de las pacientes, las cuales no habrían sido diagnosticadas sin estas pruebas». «Este método económico, casi totalmente automatizado y de fácil uso para cualquier dentista que realice una radiografía de rutina da tan buenos resultados como los que se consiguen consultando a un especialista», agrega. Los investigadores esperan que los fabricantes de material radiográfico integren el software en el equipo odontológico. |
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