La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo se mantuvo firme en sus convicciones en la segunda lectura de la propuesta de Reglamento sobre sustancias químicas (REACH), adoptando así una posición más rigurosa que el Consejo. Los eurodiputados, al reclamar la sustitución de las sustancias más peligrosas, hicieron hincapié en la obligación del principio de cautela y la necesidad de promover alternativas a los ensayos animales. La votación de la comisión suscitó diversidad de reacciones.
Los eurodiputados exigen la no autorización de sustancias que causen cáncer, problemas reproductivos o trastornos persistentes de la salud humana, salvo que se reúnan las siguientes tres condiciones: que no existan alternativas adecuadas, tanto sustanciales como tecnológicas, que esté demostrado que las ventajas sociales o económicas superan el riesgo y que haya un «control apropiado» del riesgo. La Comisión de Medio Ambiente busca, además, reducir el probable impacto legislativo en los ensayos con animales y defiende que el reglamento debe promover la experimentación no animal. Los diputados europeos insistieron en que la Comisión Europea, los Estados miembros y la industria dedicaran más recursos al diseño, validación y adopción de ensayos sin animales. Asimismo, abogaron por que se consultara al Centro Europeo para la Validación de Métodos Alternativos, que forma parte del Centro Común de Investigación de la Comisión, sobre las propuestas de experimentación animal. El reglamento ha dividido a los eurodiputados, entre verdes, liberales y socialistas, que respaldan la postura de la Comisión de Medio Ambiente, y el Grupo PPE-DE, que se manifiesta en contra del aumento de la burocracia que, piensa, defienden los otros grupos. Así las cosas, la aprobación del informe de la comisión en el pleno del Parlamento no está ni mucho menos garantizada. Orgalime, que representa a 35 asociaciones comerciales y unas 130.000 empresas, ha criticado las decisiones de la comisión parlamentaria y subraya la impracticabilidad de algunas disposiciones en sectores «clave para la competitividad de nuestra industria en mercados mundiales extremadamente competitivos. Una medida legislativa de este calibre no debe entorpecer, sino apuntalar la capacidad innovadora de la ingeniería europea». La UEAPME, Unión Europea del Artesanado y de la Pequeña y Mediana Empresa, mostrando una visión algo más positiva, ha acogido con satisfacción la aclaración del reparto de costes y el respaldo de los eurodiputados a las propuestas de aplicación de REACH en las pequeñas empresas. Menos satisfacción han producido los requisitos de notificación y publicación de informes sobre seguridad química ligados a pequeñas cantidades de sustancias. Estos requisitos, según afirma Guido Lena, director de Política Ambiental de la UEAPME, «invalidan los esfuerzos por ayudar a las PYME a cumplir el reglamento». La ONG ecologista WWF ha celebrado la votación: «Las organizaciones ambientales, de mujeres, de protección de la salud y del consumidor consideran que la decisión que acaba de tomar la Comisión de Medio Ambiente en relación con la nueva legislación europea de productos químicos [REACH] representa un paso trascendental en la protección de la salud y el entorno contra la contaminación química». Está previsto que el Parlamento Europeo se pronuncie sobre REACH el 14 de noviembre. Con toda probabilidad el resultado de la votación se someterá a la consideración del Consejo de Competitividad de 4 de diciembre. |
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