Los materiales capturados en el cometa Wild 2 han revelado nuevas pistas sobre el nacimiento de nuestro sistema solar. Los resultados de los análisis contradicen algunas teorías básicas sobre cómo la nebulosa solar se colapsó suavemente hacia adentro para formar el Sol y los planetas.
(NC&T)Los miles de muestras de polvo recogidas por la nave espacial Stardust cuentan la historia de un cometa que se formó en el Cinturón de Kuiper, más allá de la órbita de Neptuno, y que sólo recientemente ha venido a las regiones internas del sistema solar. El Wild 2 pasó la mayor parte de su vida orbitando en el Cinturón de Kuiper, y en 1974 tuvo un encuentro cercano con Júpiter que lo puso en su órbita actual. La Stardust, en una misión de siete años de duración, hizo posible disponer en la Tierra de partículas que son del mismo material que, junto con el hielo, sirvió para formar el cometa hace aproximadamente 4.570 millones de años, cuando se forjaron el Sol y los planetas. Pero durante su vida, el Wild 2 recogió material que se formó mucho más cerca del Sol. "Estamos hablando de un mineral que se formó a una temperatura de alrededor de 3.000 grados Kelvin, lo que quiere decir que dicha formación tuvo lugar cerca de la joven y caliente estrella que fue el Sol", explica John Bradley, director del Instituto para la Geofísica y la Física Planetaria del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, (LLNL), y jefe del equipo del Stardust en dicho laboratorio. "Si lo encontramos en el cometa, entonces ¿cómo consiguió llegar allí?". El mineral en cuestión es la osbornita, que hasta ahora sólo se había encontrado en Rusia. Empleando tecnología punta, los especialistas del LLNL han podido determinar la composición de las diminutas partículas, en la escala de los Ángstroms, utilizando el microscopio SuperSTEM. Encontrar la osbornita es una indicación de que durante su infancia, el sistema solar fue un escenario muy volátil en el que los objetos del área más interna pudieron haber sido arrojados en flujos bipolares perpendiculares al disco de acreción solar y desperdigarse por las regiones exteriores.  | | (Partícula cometaria capturada en el aerogel de la Stardust.) (Foto: NASA/JPL) | |
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El entorno en la nebulosa de la que se forjó el sistema solar parece haber sido mucho más dinámico y quizás incluso mucho más violento que el que los astrofísicos esperaban. Y es esta mezcla de materiales del sistema solar lo que inicialmente tenía a los científicos intrigados. Además de los materiales de la región exterior del sistema solar, las muestras del cometa también contienen materiales presolares, lo que a su vez significa que debieron ser transportados más allá de la órbita de Neptuno por un proceso que fue capaz de mover partículas al menos tan grandes como de 20 micras. El descubrimiento de la osbornita apoya la teoría de que las grandes partículas pudieron ser impulsadas por un tipo especial de viento solar desde una región a pocos radios de distancia del joven Sol y ser transportadas por encima y por debajo del plano medio del disco de la nebulosa. Este viento habría transportado a esas partículas formadas en caliente, desde las cercanías del Sol hasta el borde del sistema solar, donde se formó el Wild 2. |
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