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Las Matemáticas pueden ser definidas como aquel tema en el cual ni sabemos nunca lo que decimos ni si lo que decimos es verdadero,

Bertrand Russell(1872-1970)
Filósofo, matemático y escritor inglés
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Crece la presión para que EEUU limite la emisión de gases invernadero
 
 


César Muñoz Acebes Washington - Ver a multinacionales en una coalición con organizaciones ecológicas es raro, pero más si piden la intervención del estado en la economía, como hicieron hoy para instar a EEUU a poner límites a las emisiones de gases invernadero.

La extraña confabulación de intereses es parte de un movimiento en EEUU a favor de tomar medidas para detener el cambio climático, tras años de dejadez y mientras el Gobierno mira hacia otro lado.

Los máximos directivos de diez de las mayores empresas del país, incluidas Alcoa, BP America, DuPont, Duke Energy y Lehman Brothers, hicieron todos los esfuerzos posibles por refutar la posición del presidente de EEUU, George W. Bush, de que poner límites a las emisiones perjudicará al empleo.

El establecimiento de esos topes y la creación de un mercado de carbono, como el que existe en Europa, "desatará el espíritu emprendedor de Estados Unidos. La gente introducirá innovaciones cuando estén claras las normas que regirán el mercado en el futuro", dijo Jeffrey Immelt, el presidente ejecutivo de General Electric.

La coalición pidió que EEUU, el mayor emisor de gases invernadero del mundo, reduzca en quince años el volumen que sale de sus chimeneas y tubos de escape a entre un 70 y un 90 por ciento del nivel actual.

Ante la pasividad del Gobierno federal sobre el tema, California aprobó el año pasado una ley que obliga a reducir las emisiones en un 25 por ciento para 2020, y ocho estados del Nordeste han formado un pacto para limitar los gases y establecer un mercado de carbono.

Incluso algunos líderes de la base religiosa del partido republicano han lanzado la "Iniciativa Climática Evangélica", que pide a la Casa Blanca que actúe y en cuya página de internet dice para tranquilizar a sus feligreses que su petición no significa que se hayan vuelto "liberales".

Bush parece haber oído el clamor y mañana martes dedicará gran parte de su discurso sobre el Estado de la Unión a anunciar una nueva estrategia para responder al calentamiento global y a la dependencia energética, según ha informado la Casa Blanca.

Hablar del tema ya es un avance sobre la posición inicial de su Gobierno, que retiró la firma de su predecesor, Bill Clinton, del tratado de Kioto, que estableció límites por países a la emisión de gases que provocan el efecto invernadero.

Esa medida fue un gran revés para el combate al problema, pues Estados Unidos, con un 5 por ciento de la población mundial, es la fuente de una cuarta parte de esos gases nocivos.

Bush ha promovido programas voluntarios de reducción de la contaminación, pero siempre se ha opuesto a topes obligatorios, con el argumento de que perjudicarían a la economía.

Sin embargo, para algunas empresas ese argumento hace aguas. Jim Owens, quien dirige Caterpillar, el mayor fabricante de equipos de minería y turbinas industriales del mundo, dijo que lo que le perjudica a su empresa es que haya normas distintas en cada país donde tiene operaciones y en cada estado de EEUU.

Lo que desea, según explicó a Efe, son reglas internacionalmente aceptadas, de forma que pueda sacar el mayor provecho de sus inversiones para reducir la contaminación de sus motores.

Por su parte, Jeffrey Sterba, presidente de PNM Resources, una distribuidora de electricidad de Nuevo México, se quejó de que al no participar en Kioto, EEUU se está quedando atrás respecto a Europa y Asia en el desarrollo de tecnología para energía nuclear y eólica.

El respaldo a medidas de cumplimiento obligatorio para evitar la liberación de dióxido de carbono no viene sólo de intereses económicos.

Según Jonathan Lash, presidente de la organización ecologista World Resources Institute, los estadounidenses de a pie se han percatado de que el calentamiento global es real, tras desastres como el huracán "Katrina", que desoló Nueva Orleans hace año y medio.

El mayor poder destructor de los ciclones parece estar asociado al calentamiento de la superficie del agua en el Pacífico.

Otro factor, a juicio de Lash, es que "millones de personas" han visto el documental sobre el cambio climático del ex vicepresidente Al Gore, "An inconvenient truth" ("Una verdad incómoda").

Mañana la academia de Hollywood podría anunciar una candidatura de la cinta a un Oscar, para disgusto de la Casa Blanca.


Martes, 23 Enero, 2007 - 09:00
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