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La efectividad del placebo depende del modo de pensar de los pacientes
 
 


Esto es lo que sugiere una nueva investigación, en la que una serie de experimentos apoya la idea de que la efectividad de un placebo depende de factores que varían mucho de un paciente a otro.

(NC&T) 40 voluntarios que no sufrían ningún tipo de dolor, tomaron parte en un experimento financiado por la Campaña de Investigación de la Artritis, usando un estímulo artificial del dolor, y se les condujo a esperar una reducción del dolor después de la aplicación de una crema, que en realidad era un placebo. La investigación fue llevada a cabo por el Grupo de Investigación del Dolor Humano, en la Universidad de Manchester.

Todo tratamiento médico involucra un elemento de placebo: la sugerencia psicológica de que va a funcionar. Así, los investigadores teorizaron que una porción de la efectividad de cualquier tratamiento podría relacionarse con cuánto deseaban los pacientes que éste funcionase, con cuánto creían en el tratamiento, o si confiaban en la persona que se lo administraba.

"Los doctores y las enfermeras pueden transmitir mucha información sobre un tratamiento y su efectividad a través de sus palabras y sus gestos", explica la investigadora principal Alison Watson. "Sabemos que cuando las personas visitan a su médico preferido, el tratamiento o consejo que reciban será más efectivo que si es recibido de un médico que prefieren no ver. De manera similar, se ha demostrado que las píldoras rojas son más efectivas que las verdes. Así que queríamos comprobar si todo esto se debía a la expectativa de un tratamiento exitoso y a la confianza en la persona que lo administraba".

24 de los voluntarios recibieron inicialmente un estímulo caliente moderadamente doloroso en ambos brazos. La crema placebo fue aplicada a continuación sobre la piel, haciéndoles creer que se trataba de un anestésico local.

Después de la aplicación de la crema, la intensidad del estímulo caliente fue disminuida en uno de los brazos sin comunicárselo a los pacientes. A continuación, la intensidad fue restablecida a su nivel inicial, pero, a diferencia de las 16 personas del grupo de control, el 67 por ciento de sujetos del grupo que recibió el tratamiento continuó percibiendo el calor como menos doloroso.

La expectativa de alivio del dolor condujo a la liberación de endorfinas, analgésicos naturales del cerebro, las cuales contribuyen a una sensación de bienestar.

En la gama de respuestas al placebo, un tercio de las personas declararon notar una disminución en la intensidad del dolor sólo en el brazo "tratado", otro tercio en ambos brazos, y los restantes no sintieron cambios en la sensación de dolor cuando se restableció el calor a su nivel inicial, a pesar de la aplicación anterior de la crema. Las diferentes respuestas pueden estar relacionadas con los diferentes niveles de alivio del dolor que los voluntarios esperaban, lo cual pudo haber hecho que la sugestionabilidad individual influenciara su evaluación de la percepción del dolor.

Estos hallazgos sugieren que diferentes individuos pueden tener diferentes estilos de respuesta al placebo, lo que probablemente afectará también a cómo responderán a los tratamientos reales. Comprender estas diferencias será de gran utilidad para que médicos y enfermeras puedan aplicar los tratamientos de la mejor manera posible.


Miércoles, 07 Febrero, 2007 - 11:06
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