Según el primer análisis de laboratorio detallado de las rocas sedimentarias más antiguas del mundo, un gas con efecto invernadero que se ha convertido en la pesadilla de la sociedad moderna pudo haber salvado a la Tierra de la total congelación en los comienzos de su historia, cuando recibía del Sol menos calor que ahora.
(NC&T)Los científicos han teorizado durante años sobre la posibilidad de que altas concentraciones de gases con efecto invernadero ayudaron a la Tierra a evitar la congelación global en su infancia, permitiendo a la atmósfera retener más calor que el que se perdía. Un equipo de investigadores de las universidades de Chicago y Colorado ha analizado las rocas antiguas de la orilla oriental de la bahía de Hudson al norte de Québec, Canadá, obteniendo las primeras evidencias sobre el terreno que sostienen esta teoría. Descubiertas en el año 2001 por un equipo de científicos canadienses, las rocas de Québec se hallan entre las más antiguas conocidas en la historia de 4.500 millones de años de la Tierra. Los procesos de lenta pero inexorable actividad geológica destruyen y reciclan la corteza terrestre, dejando sólo trocitos de terreno albergando restos de las rocas más antiguas del planeta. Nicolas Dauphas, profesor de ciencias geofísicas en la Universidad de Chicago, Nicole Cates y Stephen Mojzsis de la Universidad de Colorado, y Vincent Busigny (ahora en el Instituto de Física del Globo en París), concentraron su estudio en rocas que ellos suponían albergaban sedimentos químicos que se precipitaron como sales a partir de las aguas marinas. El estudio, dirigido por Dauphas, muestra que el gas de invernadero que pudo haber mantenido las temperaturas de la superficie lo bastante altas como para impedir la congelación global hace 3.750 millones de años, pudo haber sido el dióxido de carbono.  | | (Roca de la formación pétrea localizada en Québec.) (Foto: U. Chicago) | |
---|
Las rocas canadienses mostraron los primeros indicios de que los océanos precámbricos contenían carbonatos de hierro. Estos carbonatos sólo pueden formarse en una atmósfera que contenga niveles de dióxido de carbono mucho más altos que los que existen en la atmósfera terrestre actual. Ese dióxido de carbono debe haber desempeñado un papel muy importante, a modo de termostato planetario que ayudó a mantener la vida en la Tierra. El estudio ayuda a explicar cómo nuestro mundo pudo haber evitado convertirse en un cuerpo helado, de superficie enteramente sólida, en sus inicios, cuando los astrofísicos creen que el Sol era un 25 por ciento más débil que hoy. Estudios anteriores ya habían demostrado que existía agua líquida en la superficie terrestre, aún cuando el débil Sol era incapaz de calentar nuestro mundo por encima de la temperatura de congelación en condiciones normales. Pero las altas concentraciones de dióxido de carbono o metano, pudieron haber ayudado al calentamiento del planeta. |
|