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El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir.

Albert Eisntein (1879-1955).
Físico alemán. Premio Nobel de Física.
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La supernova 1987a cumple 20 años
 
 




  La Supernova 1987A ha sido una bonanza para los astrofísicos, al ofrecer la oportunidad de presenciar fenómenos nunca observados antes: la detección de neutrinos procedentes de una estrella en explosión, la observación de la estrella progenitora en placas fotográficas, las evidencias de una explosión no esférica, y la observación directa de elementos radiactivos producidos en la explosión, entre otros.



(NC&T/ESO)Se cumplen 20 años de la detección de la Supernova 1987A, observada en la Gran Nube de Magallanes (LMC), a una distancia de 163.000 años-luz. Fue la primera supernova visible a simple vista en 383 años. Pocos eventos en la astronomía moderna han despertado tanto entusiasmo en la comunidad científica y ahora, dos décadas después, SN1987A continúa siendo un objeto muy interesante, largamente estudiado por astrónomos de todo el mundo, en especial usando telescopios del ESO.

Cuando el 24 de febrero de 1987 se recibieron las primeras señales de la Supernova 1987A -la primera supernova de ese año- quedó claro que se trataba de un acontecimiento extraordinario. Fue descubierta a simple vista por Oscar Duhalde y en una placa fotográfica panorámica tomada por Ian Shelton, desde Las Campanas, Chile. Pocas horas antes, todavía el 23 de febrero, dos grandes detectores subterráneos situados en Japón y EEUU detectaron el paso de neutrinos de altas energías.

Por su ubicación en el cielo, SN1987A fue visible únicamente desde el hemisferio Sur, esto es, en Sudáfrica, Australia y Sudamérica. El observatorio La Silla de ESO, con su equipo de telescopios entre los 0,5 y los 3,6 metros de diámetro, jugó un papel de importancia.

Los astrónomos John Danziger y Patrice Bouchet, quienes estaban presentes en ese momento, recuerdan: "Cuando los astrónomos de La Silla llegaron para el acostumbrado té alrededor de las 4 de la tarde del 24 de febrero 1987, fueron avisados de inmediato de la detección de la supernova en LMC. El acostumbrado ritual entre astrónomos sorbiendo tranquilamente su té se transformó en una agitación general para terminar de planear las observaciones. Nadie dudaba por un segundo que el cielo estaría despejado, por lo que las emociones iban a ser intensas en los días y noches siguientes. ¡Y así fue! Un gran observatorio como La Silla es como una flota formada por diferentes embarcaciones, desde torpederos hasta cruceros y portaviones. La Silla los tenía todos. Todos los astrónomos fueron animados a observar a SN1987A utilizando todos los medios a disposición".

(La supernova 1987A en la Gran Nube de Magallanes.) (Foto: ESO)

El astrónomo Jason Spyromilio (ESO) añade: "Irónicamente, la supernova era demasiado brillante para la clase de telescopios de 4 metros". Se intentó entonces con algunos de los telescopios menores. El telescopio Bochum de 61cm en La Silla fue utilizado casi a diario durante más de un año en una campaña de espectroscopía óptica. Como LMC es circumpolar para la gran mayoría de los observatorios australes, se pudo observar ininterrumpidamente, tanto en espectroscopia como en fotometría. De otra forma, parte de la fase de máxima actividad -que duró hasta mayo 1987- se hubiese perdido.

Para el siguiente mes de julio ya había tenido lugar, en ESO Garching (Alemania), la primera conferencia sobre SN1987A, a la que seguirían varias más durante ese año y los siguientes.

La curva de luz en el óptico era diferente de las de otras observadas previamente en supernovas producidas por colapso del núcleo. Los viejos modelos de explosión esférica necesitaron ser revisados. La evolución espectroscópica proporcionó más evidencias de la asimetría de la explosión. El llamado "efecto Bochum" fue el rápido cambio en el perfil de las líneas observado a través del telescopio homónimo en la Silla. Es la traza de una mancha radioactiva que aflora desde los chorros interiores hacia la superficie. "Las imágenes resultantes de las observaciones de las primeras semanas eran seguramente más complejas que cualquiera anteriormente prevista para una supernova", afirma Bruno Leibundgut (ESO).

El telescopio de 1 metro en La Silla estuvo también dedicado a un programa de observación de la supernova en el infrarrojo cercano e intermedio, durante más de un año después de la explosión. Ya unos 10 días después de la explosión hay un exceso de emisión en el infrarrojo cercano, cuyo origen no resulta claro todavía. Probablemente fue producido por la materia circunestelar iluminada por la explosión.

La condensación de polvo en los chorros fue descubierta por espectroscopia alrededor de 500 días después de la explosión.

En 1989 el NTT entró en operaciones, pudiendo capturar la primera imagen del disco circunestelar alrededor de SN1987A. Unos tres años después de la explosión las imágenes del NTT revelaron una estructura más triangular, más parecida al sombrero de Napoleón, que fue así la primera visión 3D de SN1987A.

"La existencia del anillo es un enigma no resuelto para SN1987A", dice Roberto Gilmozzi (ESO). "Aunque no esté claro el mecanismo de construcción de semejante anillo, parece ser que la estrella que explotó tenía un compañero".

Cuando el Very Large Telescope (VLT) entró en operaciones en Cerro Paranal (II Región de Chile), el interés en la supernova no disminuyó. Lejos de eso, muchas observaciones fueron llevadas a cabo para hallar más detalles de la estructura producida por la explosión a través de diferentes instrumentos de VLT, entre ellos FORS, UVES, ISAAC y VISIR. Más recientemente también fueron empleados instrumentos que utilizan la óptica adaptativa, el método que permite corregir los efectos de la atmósfera y hacer así que veamos como si estuviéramos en el espacio. De esta forma, el instrumento NACO fue utilizado para obtener asombrosas imágenes de los anillos, mientras que SINFONI estudió los cambios en el aspecto de los anillos y la evolución espectroscópica de las líneas.

"SN1987A ha estado lleno de sorpresas y continúa siendo un objeto único entre las supernovas conocidas", dice Bruno Leibundgut. "No solamente es la supernova más cercana en muchos siglos, sino que también es absolutamente especial pues tiene como progenitor una supergigante azul, con un ambiente circunestelar diferente a todas las otras supernovas conocidas. Ciertamente continuaremos monitoreando su evolución en los próximos años".

Uno de los objetivos podría ser encontrar el objeto compacto que habría sobrevivido a la explosión, y que hasta ahora se ha escapado a la detección.



Miércoles, 07 Marzo, 2007 - 12:22
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