Una nueva investigación ha desentrañado el viejo enigma de por qué los abejorros y otros insectos parecidos son tan buenos volando, sentando las bases para la construcción de una aeronave de sólo unos centímetros de ancho.
(NC&T)En muchos insectos, las alas tienen una forma flexible especial para aumentar el empuje y volar eficazmente, según han constatado los ingenieros. Esta forma les permite producir los vórtices (masas de aire giratorio) responsables de su sustentación en el aire y que los ayuda a moverse. La investigación, llevada a cabo en la Universidad de Bath, en el Reino Unido, es otro paso en el camino de los ingenieros para fabricar vehículos aéreos más pequeños que una mano humana que puedan usarse para detectar escapes químicos y para tareas de reconocimiento aéreo. La investigación se llevó a cabo como parte de un programa para desarrollar una aeronave diminuta con cámaras y sensores que podría usarse en la supervisión del tráfico, la vigilancia de fronteras, las operaciones de rescate en incendios y otros desastres, así como la detección de sustancias peligrosas. A medida que las aeronaves se hacen más diminutas, la resistencia debida a los efectos de la viscosidad del aire se incrementa proporcionalmente, lo que exige encontrar nuevas formas de superar el problema. Los ingenieros de la Universidad de Bath han descubierto que un ala que sea rígida en el frente pero más flexible y capaz de doblarse en la parte trasera, es la manera más eficaz para un ala pequeña de generar vórtices óptimos y moverse en el aire.  | | (Ismet Gursul.) (Foto: U. Bath) | |
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Al optar por este diseño, los ingenieros están siguiendo un camino recorrido ya por la naturaleza entre 100 y 350 millones de años atrás, cuando evolucionaron los insectos del tipo de los abejorros. Algunos pájaros también tienen alas similares. "Éste es un paso muy importante hacia el conocimiento de cómo podemos crear diminutas aeronaves con utilidad práctica", explica Ismet Gursul, profesor del departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Bath, quien encabeza el equipo de investigadores en dicha universidad. Aeronaves de unos pocos centímetros de tamaño ya han sido construidas y probadas en vuelo en los EE.UU., pero sólo pueden permanecer en el aire durante varios minutos. El trabajo del equipo de Gursul permitirá a tales miniaeronaves permanecer en vuelo por más tiempo, aunque para poder darles un uso práctico viable se necesita desarrollar sistemas que las impulsen con mayor eficiencia. |
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