 | | (Terry Ord con uno de los lagartos.) (Foto: UC Davis) | |
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La señal del lagarto necesita ser lo bastante fuerte para que el rival potencial la vea, pero no lo suficientemente vívida como para anunciarle a los depredadores en el área: "¡cómanme!". Pero el bosque que constituye su hogar puede ser un entorno visualmente ruidoso, con ramas y hojas meciéndose en el viento, dibujando patrones de luz y sombras. Necesitan una estrategia para lograr que su mensaje llegue al destino deseado. Ord grabó en vídeo dos especies de lagarto, el Anolis cristatellus y el Anolis gundlachi, en el Bosque Nacional Caribeño en Puerto Rico. Y descubrió que cuanto más ruido visual hubiera en el entorno, más rápidos y exagerados eran los movimientos de los lagartos. Estos lagartos son interesantes para los biólogos dedicados a estudiar la evolución, porque hay diferentes especies para las diferentes islas de todo el Caribe. Los lagartos no están relacionados muy estrechamente, les separan 30 millones de años de evolución, pero viven en ambientes similares con los mismos obstáculos para la comunicación. Así que Ord ha comenzado a utilizarlos como modelo para estudiar la evolución de tales señales. |