Los escarabajos fitófagos no evolucionaron en paralelo a sus plantas huésped, según un nuevo estudio que contradice lo que se creía hasta ahora.
Este trabajo, cofinanciado por una beca Marie Curie de la UE, se ha publicado en la revista Public Library of Science One.
Hasta ahora la creencia común era que, a medida que se diversificaron las plantas, lo hicieron también los escarabajos que se alimentan de las mismas, de manera que los árboles evolutivos de ambos grupos eran un reflejo el uno del otro. Sin embargo, este nuevo estudio sugiere que los escarabajos fitófagos surgieron mucho después de la aparición y la diversificación de las plantas.
Jesús Gómez Zurita, en colaboración con colegas del Museo de Historia Natural de Londres, realizó un análisis molecular minucioso de Chrysomelidae, que es una familia de los coleópteros que abarca 40.000 especies. Analizando tres secuencias de ADN de más de 160 tipos de escarabajos que representaban los principales linajes de los escarabajos fitófagos, los investigadores lograron construir su árbol genealógico. A base de examinar las diferencias del ADN existentes entre las distintas especies de escarabajos, los investigadores lograron calcular cuánto tiempo ha pasado desde que se desligaron sus linajes. El reloj molecular se calibró empleando datos fósiles.
Los investigadores descubrieron que los Chrysomelidae no aparecieron hasta hace entre 73 y 79 millones de años, lo que los hace varias decenas de millones de años más jóvenes que las angiospermas (plantas con flor). Además, su árbol genealógico no coincidiría; se han observado al menos dos linajes de escarabajos que se alimentan de los tipos de plantas más antiguos.
Los investigadores sugieren la teoría de que, cuando aparecieron los escarabajos fitófagos, se diversificaron aprovechando un recurso diverso preexistente, lo que dio lugar al panorama actual. |
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