(Un ejemplo de ungulado macho.) (Foto: Olivier Villa)

En su estudio, Cécile Vanpé y sus colaboradores analizaron la información acumulada durante años sobre tres poblaciones muy distintas de corzos (Bogesund en Suecia, y Chizé y Trois Fontaines en Francia). Y han demostrado que el tamaño de las astas en los machos es, sin lugar a dudas, una señal de su estado individual, establecido por su edad y su masa corporal.

El resultado de este estudio aporta evidencias de que el tamaño de las astas de los corzos macho refleja principalmente su edad y peso corporal.

Tanto la masa corporal como la edad son descriptores fiables de las cualidades individuales en la mayoría de los vertebrados, y se ha demostrado que afectan a la capacidad de lucha y a la posición jerárquica de los machos. Por eso, al escoger a sus parejas sexuales con arreglo al tamaño de las grandes astas, las hembras pueden asegurarse de que se aparearán con un macho de gran calidad. Los machos también valoran el tamaño de las astas de sus rivales masculinos para estimar las posibilidades de vencerles en una pelea con el propósito de controlar y monopolizar más hembras para la reproducción.