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La ciencia es como la tierra; solo se puede poseer un poco de ella,
François Marie Arouet(Voltaire – 1694-1778). Escritor y filósofo francés. | Contacto |
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| Perforarán en las fallas submarinas para conocer cómo se generan los terremotos | | | |
Luis Lidón
- Un proyecto científico internacional, en el que participa España, pretende perforar, por primera vez a una profundidad de hasta seis kilómetros, en fallas geológicas submarinas para conocer cómo se generan los grandes terremotos.
"Por primera vez podremos tomar muestras y poner instrumentación muy sofisticada que se está desarrollando ahora mismo para medir parámetros físicos en la falla donde se producen los terremotos", explicó a Efe en Viena César R. Ranero, uno de los investigadores líderes de este desafío científico.
El proyecto se enmarca en la iniciativa del Programa Integrado de Perforación Oceánica (IODP, en sus siglas en inglés) en el que participan Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, y se presentó esta semana en Viena en la Asamblea General de la Unión Europea de Geociencias.
Los mayores seísmos, como el de Sumatra en diciembre de 2004 que causó el tsunami que acabó con la vida de 200.000 personas en doce países de Asia y áfrica, se originan a una profundidad de entre 20 y 40 kilómetros bajo tierra.
Hasta ahora gran parte de la información sólo se podía obtener de los datos registrados en los sismógrafos y es por ello que los terremotos, a pesar de ser uno de los fenómenos más destructivos de la naturaleza, siguen siendo entre los menos conocidos.
Ranero, investigador de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA), explica que "esto para las ciencias de la tierra es como para la Nasa ir a Marte. Es ir a un medio del que sólo tenemos unas imágenes muy distantes".
Así se podrían obtener datos en tiempo real y observar "las fluctuaciones de ciertos parámetros, como la presión, la química de los fluidos, la temperatura, toda una serie de precursores que quizá podamos encontrarlos antes de que ocurran los terremotos".
¿Sería posible por tanto prevenir un seísmo? "Lo que se va a intentar ahora es empezar a entender los parámetros que controlan que ocurra un terremoto", matiza Ranero.
"Dónde se inician. Qué controla esta iniciación. Qué controla la ruptura de los terremotos. Por qué se propagan lateralmente", son algunas de las cuestiones que se podrían responder con este proyecto, agrega.
Pero antes se deberá de hacer frente a grandes desafíos tecnológicos, porque se llegará a una profundidad que nadie ha alcanzado, ni siquiera la industria petrolífera con sus plataformas.
Para ello cuentan con el barco perforador Chikyu, el más avanzado del planeta, que empezará a trabajar en septiembre de 2007 en el denominado "surco de Nankai", en sudoeste de Japón.
En esa zona se han venido registrando grandes seísmos, el último de ellos el de Tonankai en 1944, y el Nankaido, en 1946, ambos por encima de la magnitud de ocho puntos en la escala de Richter, que acabaron con la vida de miles de personas.
El Chikyu, de más de 55.000 toneladas, cuenta con una tecnología especial para lograr que la presión para trabajar a varios kilómetros bajo tierra no cierre los pozos y que pueda excavar a una temperatura de hasta 180 grados.
"Hoy en día no existe la instrumentación para dejarla a esa profundidad, pero se está tratando de desarrollarla en Japón", explica Ranero sobre la dificultad de colocar en esa zona sensores debido a las adversas condiciones y a la acción de fluidos muy corrosivos.
El proyecto durará dos o tres años, mientras que otro pozo posterior tendrá como objetivo Centroamérica, mar afuera, al sur de Costa Rica.
La envergadura del proyecto, en el que hay implicado cientos de científicos y cuenta con un presupuesto de varios cientos de millones de euros, es uno de los mayores desafíos científicos de principios del siglo XXI y su indagación en las profundidades se espera que aporte nuevos datos para conocer la Tierra.
Se trata de alcanzar "una nueva frontera", como resumió esta semana en Viena el científico jefe del proyecto, el japonés Masataka Kinoshita, de la Agencia Nipona para la Ciencia Marino-Terrestre y la Tecnología (Jamstec).
Otro de los desafíos es mantener la estabilidad de la nave, ya que debe permanecer sobre la misma posición durante meses y hacer frente a fuertes corrientes marinas.
"No sólo eso. En Japón cada año hay tifones. El barco no puede trabajar allí todo el tiempo. No puede estar perforando mientras hay olas de 14 metros", explica el científico.
En total el Chikyu taladrará hasta 6.000 metros en el interior del lecho marino, además de soportar la presión de 2.000 metros de agua, por lo que el buque trabajará hasta a 8.000 metros. EFE |
Domingo, 22 Abril, 2007 - 11:00 |
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