(NC&T)El estudio ha sido llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad Duke.

De 209 fumadores, el 19 por ciento mencionó que los productos lácteos (como leche y queso) les empeoran el sabor de los cigarrillos, el 14 por ciento declaró que lo hacen bebidas como el agua o los zumos de frutas, y el 16 por ciento señaló a las frutas y verduras.

El 44 por ciento de ellos afirmó que las bebidas alcohólicas les realzan el sabor de los cigarrillos; el 45 por ciento dijo que lo hacen las bebidas cafeinadas, como té, cola y café; y el 11 por ciento señaló a la carne.

Modificando un poco la dieta de los fumadores, al dar más cabida a los productos que afectan al sabor de los cigarrillos, lo cual puede conseguirse añadiendo a los hábitos alimentarios tomarse por ejemplo un vaso de leche al día, y evitando los productos que realzan su sabor, como por ejemplo esa cerveza habitual, puede facilitar a los fumadores abandonar el hábito.

(La comida y la bebida pueden afectar al sabor y aroma del cigarrillo.) (Foto: DUMC) Sin embargo, quienes fuman cigarrillos mentolados no notan que la comida o la bebida les afecten en la percepción del sabor del tabaco. Los investigadores analizan la posibilidad de usar el acetato de plata, reconocido por alterar el sabor de los cigarrillos, para ayudar a los fumadores a abandonar el hábito. El aditivo podría usarse en chicle o en caramelo, como parte del tratamiento. Cada tratamiento disuasivo requiere fuerza de voluntad. Los autores del estudio advierten que esta alternativa no funcionará por sí sola. Puede hacer que los cigarrillos sean menos apetecibles, pero si prima el deseo, el fumador recaerá. Los investigadores recomiendan que las modificaciones en la dieta se usen en combinación con la terapia estándar de reemplazo de nicotina (parche o goma de mascar de nicotina), para ayudar a soportar el síndrome de abstinencia.