En un popular juego infantil, los participantes se paran tan cerca unos de otros como sea posible, sin llegar a tocarse. Pero a escala microscópica, manipular las células para que estén muy, muy cerca, pero sin tocarse unas a otras, se cuenta entre los desafíos más frustrantes que han tenido que afrontar los biólogos celulares. Ahora, investigadores del MIT dirigidos por Sangeeta Bhatia y Elliot Hui, han resuelto el problema con un novedoso dispositivo. Este logro promete permitir a los científicos el realizar experimentos celulares que previamente eran imposibles.
(NC&T)El nuevo dispositivo, un sistema microelectromecánico (o MEMS por sus siglas en inglés), permite a los biólogos manejar físicamente a las células para que se toquen, o para que estén cerca pero sin tocarse, o bien para que estén completamente separadas unas de otras. Aún más, los operarios pueden cambiar cada configuración a voluntad. Y el dispositivo funciona sin el uso de instrumentos tales como microscopios o brazos robóticos de control, que a menudo son requeridos por los dispositivos MEMS. Dado que las células se comunican con señales transmitidas tanto por el contacto de las membranas celulares como a través de moléculas solubles que fluyen entre las células separadas, los biólogos necesitan variar el distanciamiento de las células para estudiar sus interacciones. Además, dado que algunas señales inducen a las células a cambiar su programación interna, es importante para los biólogos tener un medio con el que ir reordenando las células a medida que avanza un experimento, para averiguar qué señales inducen los cambios y cuáles no lo hacen.  | | (El dispositivo que permite controlar la distancia entre células.) (Foto: Elliot Hui) | |
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En el pasado, los investigadores levantaban "fosos químicos" alrededor de las células intentando mantenerlas cerca pero separadas. Sin embargo, al cabo de un tiempo, las células invariablemente terminaban por cruzar tales fosos. El dispositivo incluye dos piezas separadas cubiertas de células vivas. Estas dos piezas pueden adoptar dos posiciones: una permite a las células en los bordes tocarse, y la otra mantiene una separación de 80 micrómetros (alrededor de cuatro veces el ancho de las células). Este montaje es dirigido de tal manera que el cambio entre ambas posiciones requiere un movimiento de dos milímetros, una distancia controlable por la mano humana. Hui eligió los 80 micrómetros como separación porque a menores distancias las células a veces migran a través de la misma y terminan tocándose físicamente; y, por otra parte, a mayores distancias algunas señales solubles se diluyen demasiado. |
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