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Marie Curie(1867-1934).
Científica francesa nacida en Polonia. Premio Nobel de Física en 1903 y de Química en 1911
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Un año después, continúa imparable el vertido de lodo de Java Oriental
 
 


Ana Cárdenes - Un año después de iniciarse un imparable vertido de lodo en las cercanías de una exploración de petróleo de Java Oriental, ocho pueblos han sido devorados por el barro, 15.000 personas han perdido sus hogares y el flujo continúa.

Todos los esfuerzos del Gobierno y la comunidad científica para frenar el interminable vertido que, según fuentes oficiales, arroja cada día al exterior 100.000 metros cúbicos de lodo, han fracasado, y el denso y maloliente barro ha cubierto ya más de 400 hectáreas de la región de Sidoarjo.

Hace tres meses, el Instituto de Tecnología de Bandung intentó detener el barrizal echando más de un millar de enormes bolas de cemento unidas por pesadas cadenas de hierro en la boca del conocido como "volcán de lodo", una técnica muy criticada por la comunidad científica y que no surtió el efecto deseado.

Ni bolas, ni pozos ni muros han logrado parar el torrente de barro, como tampoco lo han conseguido los encantamientos de hechiceros contratados por los desesperados vecinos de la zona.

Muros de contención de hasta veinte metros de altura se derrumban bajo el peso de la inmensa masa de limo, pozos profundos se llenan con rapidez y se convierten pronto en lagos de fango y los hechizos sirven para poco más que dar algo de esperanza a miles de afectados, que han visto como sus casas y negocios han sido devorados por la marea de barro.

Las imágenes de la tragedia, calificada por las organizaciones medioambientales como una de las más graves catástrofes industriales de la historia de Indonesia, muestran a pueblos enteros anegados de barro, sobre el que únicamente sobresalen los tejados de las casas más altas.

A ello se unen las vías de tren rotas, autopistas impracticables, fábricas y mezquitas destruidas, miles de familias que han perdido sus medios de vida y, lo que es aún más grave, a los que todavía nadie ha indemnizado.

El pasado mes de abril, otras 400 personas tuvieron que ser evacuadas de sus causas, y el lodo también está detrás del accidente ocurrido en diciembre que se saldó con 13 personas muertas tras hacer explosión un gasoducto a causa de la fuerte presión del denso barro sobre la tubería.

La Junta Nacional de Planificación de Desarrollo de Indonesia (Bappenas) ha calculado que el coste de los daños asciende a más de 3.000 millones de dólares (2.220 millones de euros).

A lo largo del año, las víctimas se han manifestado en múltiples ocasiones, llegando incluso a viajar a la capital pese a su falta de recursos, y las organizaciones de defensa de la naturaleza han denunciado que uno de los motivos por los que el asunto no se soluciona con mayor rapidez es porque la empresa propietaria del pozo pertenece a un ministro del Gobierno.

El vertido se originó el 29 de mayo de 2006 a pocos metros de una exploración petrolífera de la compañía Lapindo Brantas, propiedad del Grupo Bakrie, en manos de la familia del ministro de Bienestar Social, Aburizal Bakrie.

Bakrie y su empresa insisten en que el lodo es inofensivo para el medio ambiente y aseguran que el vertido es fruto de una catástrofe natural, ya que se ocasionó dos días después de que tuviera lugar el terremoto de Yogyakarta en Java Central.

Pero los grupos conservacionistas y las víctimas insisten en que el vertido jamás se hubiera originado si no hubiera estado allí el pozo de Lapindo o si la exploración se hubiera realizado correctamente, con las protección necesaria.

Además, también alertan sobre los daños ecológicos a la zona.

La organización WALHI ha interpuesto ante los tribunales una denuncia a la empresa petrolera y al presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, y, junto a sus colegas de Greenpeace, ha rechazado la propuesta oficial para acabar con el vertido: echar todo el lodo al mar.

Por último, mientras el debate se centra en si detrás del vertido hay causas naturales o negligencia industrial, son pocos los que se acuerdan de los afectados y, al no haberse declarado el suceso un "desastre nacional", no hay presupuesto alguno del que sacar fondos para empezar a indemnizarles. EFE


Martes, 29 Mayo, 2007 - 11:37
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