Un equipo internacional, dirigido por investigadores del Instituto Broad del MIT y la Universidad de Harvard, ha presentado la secuencia del primer genoma de un marsupial, la zarigüeya gris de rabo corto (Monodelphis domestica).
(NC&T)El proyecto para obtener la secuencia genómica de alta calidad de esta especie sudamericana empezó en 2003. El genoma de la zarigüeya ocupa una posición única en el árbol evolutivo. El análisis llena una laguna crucial en el conocimiento de cómo los genomas mamíferos, incluyendo el nuestro, han evolucionado durante millones de años. Los marsupiales son únicos entre los mamíferos porque sus crías nacen en una etapa sumamente temprana de desarrollo, adhiriéndose a las tetinas de su madre y completando su desarrollo en una bolsita protectora. Esto hace a los jóvenes fácilmente disponibles para la investigación del desarrollo temprano. Hay muchas otras áreas de investigación biomédica para las cuales la Monodelphis sirve de modelo. Por ejemplo, es el único animal de laboratorio conocido en el cual la radiación ultravioleta por sí sola puede causar melanoma, un tipo de cáncer de piel que también afecta a los humanos que sufren una exposición excesiva a los rayos ultravioleta del Sol. Conocer la secuencia genómica de la zarigüeya permitirá a los investigadores comprender mejor la base molecular del melanoma y su progresión, así como desarrollar nuevas terapias y tratamientos preventivos. La secuencia genómica de la zarigüeya permite asimismo conocer mejor los orígenes evolutivos del genoma humano. Está ayudando a desvelar algunos detalles sobre las diferencias genéticas entre los mamíferos placentarios (como por ejemplo humanos, ratones y perros), y los mamíferos marsupiales (tales como zarigüeyas y canguros). Los marsupiales son los parientes vivos más cercanos de los mamíferos placentarios, de quienes divergieron hace 180 millones de años. Comparando el genoma humano con el de la zarigüeya, los investigadores han logrado localizar con precisión elementos genéticos presentes en mamíferos placentarios, pero perdidos en los marsupiales, es decir, los factores genéticos que pueden ser la base de muchas de las diferencias entre unos y otros.  | | (Una zarigüeya gris de rabo corto.) (Foto: Paul Samollow, Southwest Foundation for Biomedical Research, San Antonio) | |
---|
Es interesante destacar que alrededor de la quinta parte de los elementos funcionales cruciales del genoma humano aparecieron durante este período evolutivo relativamente reciente. Concentrándose en esas recientes innovaciones genéticas, los científicos hicieron dos descubrimientos importantes: Primero, la inmensa mayoría (cerca del 95 por ciento) de la innovación genética reciente, yace no en los genes que codifican proteínas, sino en las regiones del genoma que no contienen genes, conocidas hasta hace poco como zonas de ADN basura. Se sabe ahora que el llamado ADN basura puede en realidad contener elementos reguladores que afectan a la actividad de genes cercanos, aunque la verdadera magnitud de su importancia todavía se está investigando. Segundo, muchas de las nuevas instrucciones de ADN parecen derivarse de transposones, o genes que "saltan" a diferentes posiciones en el ADN, transposones que también se ubican en áreas consideradas en el pasado como ADN basura. |
|