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Lo opuesto de una formulación correcta es una formulación incorrecta. Pero lo opuesto de una verdad profunda puede ser muy bien otra verdad profunda,
Niels Henrik David Bohr(1885-1962) Físico danés, premio Nobel de Física 1922. | Contacto |
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| Celulas de combustible microbianas alimentadas por caparazones de crustaceo desechados | | | |
Los caparazones desechados de cangrejos y langostas pueden ser la clave para prolongar la vida de células de combustible microbianas que suministran electricidad a sensores submarinos, según las conclusiones a las que ha llegado un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania.
(NC&T) Para producir energía, las células de combustible microbianas necesitan materia orgánica como alimento para los microbios. El problema es que los sedimentos en las profundidades marinas pueden estar sorprendentemente vacíos de esta materia, debido a que los seres vivos en la zona donde la luz aún logra penetrar suelen reciclar casi todo, y poca materia orgánica desciende hasta el fondo del mar. La escasez de materia orgánica limita el tiempo de servicio de las células de combustible microbianas instaladas a esas cotas de profundidad.
La estrategia ideada por los investigadores consiste en incluir un "pienso" especial (caparazones procesados de crustáceos) en un ánodo parecido a una almohada hecho de tela de carbono. El ánodo es ubicado en el sedimento o colgado en el agua, permitiendo que bacterias presentes allí de modo natural, coman el pienso y a cambio hagan funcionar la célula de combustible.
Este enfoque resulta idóneo para regiones oceánicas muy profundas, o en cualquier lugar donde se desee incrementar la energía de las células de combustible microbianas.
Las células de combustible microbianas funcionan a través de la acción de bacterias que son capaces de hacer pasar electrones hacia un ánodo. Los electrones fluyen entonces desde el ánodo a través de un cable hacia el cátodo, produciendo una corriente eléctrica. En el proceso, las bacterias consumen materia orgánica en el agua o en el sedimento. La estrategia del grupo de la Universidad Estatal de Pensilvania es utilizar bacterias presentes de manera natural en los océanos, las cuales, debido a que muchas criaturas marinas dejan caparazones aprovechables como alimento, están preparadas para descomponer este tipo de materia y alimentarse de ella.
Las fuentes de energía para dispositivos submarinos deben operar a menudo en áreas remotas para energizar sensores que miden temperatura, presión, salinidad, densidad, turbidez u otros parámetros. Tales sensores sirven para múltiples tareas, desde vigilar niveles de contaminación alrededor de plataformas petrolíferas, hasta detectar el avance de mareas rojas, tanto en agua salada como dulce. Otros pequeños dispositivos subacuáticos pueden medir sonido, transmitancia de la luz y conductividad. Aunque la energía requerida para todos estos dispositivos es pequeña, las ubicaciones donde operan implican la necesidad de largos tiempos de servicio remoto sin mantenimiento.
En sus experimentos, los investigadores pusieron a prueba dos tipos de pienso de caparazones de crustáceo y un tipo de celulosa. Comprobaron que la celulosa no daba resultados tan buenos como el pienso. Los ecosistemas marinos están tan acostumbrados a los caparazones de crustáceos, que de las bacterias presentes de modo natural en el medio marino, las capaces de comer esta clase de alimento superan en número a las que se alimentan de la celulosa.
Los investigadores probaron dos piensos de caparazones de crustáceos, uno triturado en partículas más finas que el otro. Ambos incrementaron la producción de energía. Sin embargo, el formado por partículas más finas permitía producir casi el doble de la energía conseguida con el formado por partículas gruesas. Esto sugiere que a las bacterias les resulta más fácil consumir las partículas pequeñas.
Los técnicos pueden ajustar el tamaño de partícula para controlar el ritmo al cual es consumido el pienso, determinando con ello la potencia eléctrica de salida y la longevidad de la célula de combustible. Por otra parte, no hay, en principio, ningún impedimento para dotar a una célula de combustible microbiana de un saco mayor de pienso, capaz de aportar más alimento para bacterias, y mayor longevidad para la célula de combustible.
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Lunes, 02 Julio, 2007 - 03:08 |
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