 | | (La proteína Vivid es fundamental en el reloj circadiano.) (Foto: Cornell U.) | |
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El estudio reveló cómo un hongo (Neurospora crassa) emplea los sensores de luz de los relojes circadianos para controlar la producción de carotenoides, los cuales proporcionan protección contra los daños que causa la radiación ultravioleta solar, con el fin de comenzar dicha producción tan pronto amanece. Los investigadores estudiaron una proteína llamada Vivid, la cual contiene un cromóforo (un grupo molecular que absorbe luz). El cromóforo captura un fotón o partícula de luz, y la energía capturada de la luz dispara una serie de interacciones que tienen como resultado ciertos cambios en la superficie de la proteína Vivid. Estos cambios estructurales en la superficie de la proteína provocan una cascada de eventos que afectan a la expresión de genes, entre ellos los que activan o desactivan la producción de carotenoides. Al sustituir un solo átomo (azufre u oxígeno) en la superficie de la proteína Vivid, los investigadores fueron capaces de apagar la cadena de eventos y evitar los cambios estructurales en la superficie de la proteína, alterando por tanto la regulación de la producción de carotenoides. Los científicos pueden demostrar ahora que este cambio en la proteína está relacionado directamente con su función en el organismo. El reloj circadiano permite al hongo regular y producir carotenoides sólo cuando los necesita para protegerse de los rayos solares. Un "interruptor" similar puede ser el principal responsable en la regulación del ciclo humano del sueño. |