El trabajo de unos antropólogos en las laderas de los Andes en el norte de Perú, ha conducido al descubrimiento de la evidencia más temprana conocida del cultivo de cacahuete o maní, el de algodón y el de calabaza, que datan de hace entre 5.500 y 9.200 años. Sus hallazgos proporcionan la largamente buscada evidencia de que parte del desarrollo temprano de la agricultura en América se produjo en asentamientos agrícolas de los Andes.
(NC&T) El equipo de investigación, formado por Tom D. Dillehay, profesor de antropología de la Universidad Vanderbilt, y sus colaboradores, hizo su descubrimiento en el Valle de Ñanchoc, a unos 500 metros sobre el nivel del mar, en las laderas occidentales de los Andes. Los investigadores creen que el desarrollo de la agricultura entre la gente de Ñanchoc sirvió como catalizador para cambios culturales y sociales que llevaron a la intensificación de la agricultura, el poder político institucionalizado, y la aparición de nuevos pueblos en el altiplano andino y a lo largo de la costa hace entre 4.000 y 5.500 años. Los nuevos hallazgos indican que la agricultura desempeñó en esa evolución un papel más extenso de lo que se creía. Los investigadores encontraron vestigios de calabaza, algodón y cacahuete, de tipo silvestre, así como granos semejantes a la quínoa, la yuca o mandioca, y otros tubérculos, y frutas, en suelos y primitivos fogones de asentamientos precerámicos sepultados, parcelas de jardín, canales de irrigación, estructuras de almacenamiento, y en arcaicas herramientas de función comparable a la de los azadones.  | | (Una cáscara de cacahuete de hace 7.600 años de antigüedad.) (Foto: Tom Dillehay) | |
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Los investigadores utilizaron una técnica especial de espectrometría para determinar por radiocarbono la edad de los materiales. Datos aportados por botánicos, otros hallazgos arqueológicos y un repaso de la flora actual en el área, sugieren que los linajes específicos de los restos de plantas descubiertos no crecieron de manera natural en el área inmediata. Dichas plantas tuvieron que haber sido primero domesticadas en cualquier lugar, e introducidas luego en este valle por mercaderes o por horticultores que se mudaron allí. El uso de estas plantas domesticadas va unido a cambios culturales cruciales, que los investigadores suponen se produjeron en el área por aquellos tiempos, tales como la permanencia estable de las personas en un lugar, el desarrollo de sistemas de irrigación, otras técnicas de gestión del agua, el establecimiento de ceremoniales públicos, la construcción de ciertos túmulos, y la obtención y preservación de artefactos exóticos. Los investigadores determinaron la edad de la calabaza en unos 9.200 años, la del cacahuete en 7.600, y la del algodón en 5.500. |
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