La tecnología desarrollada en el ANL fue demostrada en pruebas que alcanzaron tres logros importantes: -Descubrieron y midieron precursores de gas venenoso a 60 metros de distancia, en experimentos realizados en el polígono de pruebas de Nevada, consiguiendo una exactitud de 10 partes por millón usando detección activa. -Utilizando detección pasiva, en dicho polígono de pruebas, identificaron a 600 metros productos químicos relacionados con aplicaciones bélicas, incluyendo armas nucleares. -Construyeron un sistema para identificar las "huellas dactilares" espectrales de niveles traza de explosivos, incluyendo DNT, TNT, PETN, RDX y los explosivos plásticos Semtex y C-4. La investigación actual incluye confeccionar una base de datos de "huellas dactilares" de explosivos, y, trabajando en colaboración con Sarnoff Corp., el Dartmouth College y el Laboratorio Nacional de Sandia, probar un sistema de revisión de correo, y de cargamento, dedicado a rastrear huellas de explosivos. Los ingenieros del ANL han estado explorando este campo emergente durante más de una década, con el propósito de crear tecnología para detección remota de instalaciones que pueden estar violando los acuerdos de no-proliferación al crear materiales para armas nucleares o fabricar compuestos de guerra química. La nueva tecnología percibe los niveles de energía de una molécula a medida que gira. La distribución de frecuencias de esta energía proporciona un único y reproducible patrón espectral (su "huella dactilar"), que identifica al material. La tecnología también puede usarse en su modalidad de imaginología, con aplicaciones en diversos campos, permitiendo ver desde armas ocultas hasta tumores. La técnica constituye una mejora significativa sobre los sensores láser u ópticos, que pueden ser perturbados por las condiciones atmosféricas, y también sobre los rayos X, que pueden causar daños por ionización. Operando a frecuencias entre 0,1 y 10 terahercios, la sensibilidad es superior en cuatro o cinco órdenes de magnitud y la resolución en imágenes es de 100 a 300 veces más de lo que resulta viable mediante el uso de frecuencias en el rango de las microondas. |