Investigadores del Laboratorio Nacional de Argonne y la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign están desarrollando estructuras electrónicas flexibles capaces de dar lugar a dispositivos electrónicos que puedan doblarse, expandirse, y manipularse de otros modos. Estas estructuras flexibles podrían encontrar aplicaciones útiles en sensores, así como en dispositivos electrónicos integrables dentro de músculos artificiales o incluso de tejidos biológicos.
(NC&T) Además de su impacto biomédico, la electrónica flexible es importante para la tecnología energética, donde se utilizaría en sensores flexibles y de alta precisión para detectar hidrógeno. Estas estructuras fueron desarrolladas a partir de un concepto creado por el científico Yugang Sun, de Argonne, y un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois dirigido por John A. Rogers. El concepto se basa en formar nanocintas semiconductoras monocristalinas en configuraciones geométricas estirables, valiéndose especialmente de los materiales y del tipo químico de superficies utilizados en su fabricación, y de su respuesta mecánica ante la aplicación de tensiones. La electrónica flexible se caracteriza por basarse en líquidos plásticos conductores que pueden imprimirse sobre superficies delgadas, con capacidad de doblarse. El objetivo de este nuevo trabajo era generar un concepto junto con la tecnología subsiguiente, que permitiera producir circuitos electrónicos que se estiren como correas de goma y acordeones, lo que debiera conducir a fabricar cubiertas con sensores incluidos, para aeronaves y robots, e incluso una piel protésica para seres humanos.  | | (Una muestra de las superficies flexibles desarrolladas.) (Foto: ANL) | |
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Los investigadores están ahora desarrollando sensores y electrónica flexibles para guantes quirúrgicos inteligentes y dispositivos destinados a ojos electrónicos. El equipo de investigadores ha tenido éxito fabricando cintas delgadas de silicio y diseñándolas para poder doblarlas, estirarlas y comprimirlas como un acordeón, sin que pierdan su capacidad de funcionamiento. Antes de venir al Laboratorio Nacional de Argonne en agosto del 2006, Sun trabajó con John A. Rogers en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, donde este proyecto comenzó inicialmente. Con la apertura del Centro de Argonne para los Materiales a Escala Nanométrica a finales del año pasado, a Sun le atrajo la capacidad de las instalaciones para potenciar las investigaciones sobre las propiedades de los materiales en el ámbito nanométrico. Con los grandes recursos de ese centro a su disposición, Sun planea extender su investigación para centrarse en las aplicaciones de otros sensores biológicos y químicos. |
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