Varios investigadores están trabajando en un robot humanoide llamado Domo. Un robot como él puede ayudar a ancianos y a personas limitadas a su silla de ruedas, con tareas cotidianas del hogar. Otras aplicaciones potenciales incluyen la agricultura, los viajes espaciales y la ayuda a trabajadores en una cadena de montaje.
(NC&T)Aaron Edsinger, quien ha estado trabajando en Domo durante los últimos tres años, lo describe como la "nueva generación" de robots que sucede a la de modelos anteriores construidos en el MIT (Kismet, que fue diseñado para interactuar con humanos, y Cog, capaz de aprender a manipular objetos desconocidos). Domo incorpora elementos de ambos robots. Ya hay infinidad de robots haciendo trabajos manuales en las cadenas de montaje de las fábricas, pero estas máquinas siguen instrucciones programadas de antemano y no pueden aprender a adaptarse a situaciones nuevas, como sí lo hace Domo. Los robots de una fábrica de automóviles manipulan objetos, pero hacen siempre lo mismo, una y otra vez. Si los robots alguna vez van a ser más útiles que como meras máquinas de factoría, necesitarán ser capaces de manipular los objetos que los humanos manipulamos, y en las mismas circunstancias. El equipo de Edsinger, supervisado por Rodney Brooks, director del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial del MIT, decidió centrarse en desarrollar un robot que pueda funcionar en un entorno verdaderamente humano, como por ejemplo la cocina de nuestra casa. Los robots que son diseñados para ayudar a las personas en sus hogares tendrán que ser capaces de ignorar el desorden encontrado en la mayoría de tales entornos, y de concentrarse sólo en ciertos estímulos. Comúnmente, los robots son colocados en entornos muy restringidos, porque sólo así se puede garantizar que actúen en un mundo lo bastante simple y predecible para ellos. El objetivo es tener un robot que se adapte al mundo, y no adaptar el mundo al robot.  | | (Domo siente al humano tocándole.) (Foto: Donna Coveney) | |
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Domo puede "ver" cualquier cosa que esté frente a él. A medida que los grandes ojos del robot recorren la habitación, las cámaras alimentan con información a 12 ordenadores que analizan los datos entrantes y deciden sobre qué concentrarse. El sistema visual de Domo está sintonizado para movimientos inesperados, permitiéndole centrarse sobre estímulos importantes en los ambientes humanos. Por ejemplo, localizar los rostros humanos es algo crítico para la interacción social, y las personas están generalmente en movimiento. Cuando Domo detecta un movimiento que se parece al de un rostro, fija sus ojos en éste. Recientemente, Edsinger demostró cómo Domo puede interactuar con personas para ayudarlas a realizar tareas útiles. La filosofía detrás del enfoque del equipo es que humanos y robots podemos trabajar juntos para realizar tareas que ni el robot ni la persona lograrían realizar solos. Para que Domo o cualquier otro robot interactúen de modo seguro con los humanos, el robot debe ser capaz de sentir cuándo un humano lo está tocando. Domo tiene sensores en sus brazos, manos y cuello, que pueden sentir fuerza y responder a ella. Si usted sostiene su mano y la empuja, el robot se moverá en la dirección en que usted desee. Pero si usted aplica demasiada fuerza o mueve los brazos de Domo en la dirección equivocada, éste manifestará su disconformidad con un expresivo "¡Ay!". Un robot asistente en el hogar podría ser muy útil. Realizando tareas simples, como coger un vaso, llenarlo de agua y dárselo a una persona, lograría introducir un importante cambio positivo en la vida cotidiana de ancianos o minusválidos. |
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