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La ciencia consiste en sustituir el saber que parecía seguro por una teoría, o sea, por algo problemático.

José Ortega y Gasset(1883-1955).
Filósofo español.
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Sean Penn es un excéntrico guitarrista de jazz en “Acordes y desacuerdos”
 
 


El director neoyorquino se reconcilió con buena parte de la crítica en 1999, año en que realizó “Acordes y desacuerdos” –traducción libre del título original, “Sweet & Lowdown”-, una película que es, al mismo tiempo, un documental ficticio, un homenaje al jazz de los años treinta y una recreación brillante de un personaje estrafalario, egoísta y, en el fondo, muy humano, Emmet Ray, el alter ego de Allen o de Sidney Bechet o del guitarrista belga Django Reinhardt.

“Acordes y desacuerdos” es un homenaje al jazz, a esa música espontánea que se convirtió en un grito de libertad para millones de negros que vivían discriminados o esclavizados en los Estados Unidos de América. Woody Allen encargó la creación de la banda sonora a Dick Hayman, que se inspiró en los clásicos del jazz de principios de siglo para crear la treintena de temas que se pueden escuchar en la película.

Sean Penn, en el papel protagonista de Emmet Ray, y Samantha Morton, quien interpreta a una joven muda de la que Emmet se enamora, fueron nominados a dos estatuillas y dos Globos de Oro como mejor actor principal y actriz secundaria, respectivamente.

Sinopsis

Emmet Ray es un músico de jazz que se considera el segundo mejor guitarrista del mundo, sólo por detrás del belga Django Reinhardt. Toca en un pequeño club, montado sobre una media luna dorada que cuelga sobre las cabezas del resto de miembros de su banda. Cuando deja de rasgar las cuerdas de su guitarra, Emmet se dedica a perseguir ratas en la parte de atrás del club o se sienta a ver pasar los trenes que pasan sin detenerse y sin aminorar la marcha.

Emmet, pagado de sí mismo, egocéntrico y tierno virtuoso de la guitarra, conoce a Hattie, una joven muda de la que se enamora y con la que consigue comunicarse e, incluso, discutir. Mientras la ficción se desarrolla, Allen introduce entrevistas de corte documental, conducidas por personajes que hablan de Emmet Ray como si de un legendario guitarrista de jazz se tratara. El propio Allen aparece interpretándose a sí mismo en una vuelta de tuerca que recuerda a una película anterior del neoyorquino, “Zelig”.


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